Los delincuentes tienen dos opciones: Terminan en la cárcel o muertos, y en el caso de Alheice Perico Pita, primó la segunda, explicó el coronel Javier Barrera Blanco, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).

El sábado, cuando se ocultaba el sol, Perico Pita, con un amplio prontuario delictivo desde 2001, año en que era conocido como el ‘Terror de Villa del Rosario’ y en el que fue detenido por primera vez por hurto agravado y porte ilegal de armas, decidió cometer un nuevo crimen.

La víctima era un hombre que había entrado a una tienda  y que llevaba un bolso con un celular y otros objetos personales. Hasta ahí todo parecía normal. Lo que no se imaginaba Alheice es que a quien iba a robar  era un intendente de la Policía Nacional, que llevaba con él su arma de dotación.

Al parecer, según relató el comandante de la Mecuc, Perico Pita, que se movilizaba en una motocicleta Bera socialista, color azul de placas venezolanas, se acercó al intendente Luis Francisco Rodríguez Botello para robarlo, intimidándolo a muerte con un  revolver.

Al ver esto, el miembro de la Fuerza Pública también sacó su arma y ahí se presentó un cruce de disparos.

El ladrón recibió dos heridas que le quitaron la vida, mientras que el intendente está fuera de peligro con un disparo que terminó en uno de sus hombros.

Perico Pita, que promediaba los 38 años de edad, alcanzó a avanzar algunos metros después de recibir los disparos, pero las fuerzas no le dieron y quedó tendido en la manzana 56 de Claret, junto al mercado del mismo barrio.

A su lado quedó el arma que había disparado seis veces y a pocos pasos su moto.

De esta manera terminó la vida de un hombre que tenía en su expediente sentencias condenatorias por hurto agravado y calificado, y  porte ilegal de armas de fuego, siendo arrestado por estos delitos en 2001, 2008, 2009, 2012 y 2017.