“Fabio, Fabio, Fabio”, gritaban el lunes tres de los  hermanos de José Javier Hernández Gelvez, quienes insistían en buscarlo en la mina que literalmente se lo ‘tragó’, tras un derrumbe desde la mañana del pasado jueves. 

“Él se llamaba José Javier, pero todos le decíamos Fabio. Nosotros  necesitamos recuperar el cuerpo, porque la familia no acepta que esté muerto”, señaló uno de ellos, antes de atreverse a desprender una de las tablas horizontales con las que fue cerrada la mina por parte de las autoridades locales, la tarde del pasado domingo.

Dicha mina llamada La Fama Dos, está ubicada en la vereda Chinávega, en jurisdicción del municipio de Cácota, pero de más fácil acceso por el sector de La Caldera (Mutiscua), tomando la vía nacional a Bucaramanga y a una distancia de 27 kilómetros desde Pamplona.

Los hermanos del minero,  residentes en la Ciudad Mitrada, se resisten a creer que José Javier esté muerto pese a las explicaciones que recibieron por parte de los expertos del Grupo de Seguridad y Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería ANM.

“Un ingeniero nos mostró un plano, donde se reflejaba lo que habían hecho de trabajo en la mina y el porqué no había posibilidades de rescatarlo. Entendimos que si seguían penetrando  ocurriría un efecto dominó y todo se vendría abajo”, señaló otro de sus hermanos.

En la boca de la mina, fue dejado en el piso un pequeño arreglo floral y una vela blanca en señal de luto. Tras ser cerrada, su entorno permanecía en total silencio, solo un vigilante y dos perros cuidaban la maquinaria y no había rastros de los  propietarios.  

Campesinos de la vereda, contaron a La Opinión que la mina tenía al menos 15 años de abierta, pero solo en los últimos dos años llegaron equipos e infraestructura para ser explotada con rigor “ese terreno pertenece a un señor, pero ahora son sus hijos quienes lo administran, pero poco se les ve por acá”, dijo un agricultor.

Adentro

 El minero estaría a unos 120 metros bajo tierra y de un momento a otro se produjo el deslizamiento.

Pese a las explicaciones dadas, los tres hermanos, todos con experiencia minera,  regresaron en la mañana a La Fama Dos en busca de su ser querido que estaría, según sus compañeros, a  uno 120 metros bajo tierra.

Tras avanzaran algunos metros, no hallaron sino silencio en los socavones y  desistieron del intento, pero prometieron volver así hayan pasado cinco días y más de 100 horas de intensa búsqueda. 

“El fin  de semana, yo hablé con los administradores de la mina y me dijeron que no pudieron sacarlo (…) Nos entregaron la versión que encontraron destrozada la carretilla con la que Fabio trabajaba, pero nunca la vimos. Eso nos tiene llenos de dudas. Hemos tocado las puertas de la Policía, la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo para que nos ayuden”, agregó otro hermano. 

A través de la oficina de comunicaciones, la ANM informó que hoy se presentará un comunicado oficial, donde se aclarará lo sucedido y sobre las decisiones de suspender la búsqueda del trabajador y el posterior cerramiento de la mina, que se presume no cumplía con los requisitos de ley para operar. 

José Javier, de 31 años, natural de Cucutilla, tenía una hija de 7 y residía en el barrio San Luis de Pamplona con su actual compañera. Era el mayor de 8 hermanos.

Su primera pareja, quien  también ha estado frente de lo sucedido, reclamó ante las autoridades que no podían darlo por desaparecido.  “No se  sabe si está vivo o muerto, ellos quieren seguir trabajando como si nada en la mina. Hemos sabido que cada vez que llegaba la Policía o inspecciones, los trabajadores salían corriendo a esconderse. Eso debe investigarse”, señaló la mujer.

Desde hace tres años, Hernández estaba ejerciendo como minero en Cácota, tras retornar de Venezuela, donde trabajó como agricultor.

Alcalde

Carlos Flórez, alcalde de Cácota, aseguró que desde el mismo día del suceso iniciaron las labores de búsqueda.

“Estuvimos con Policía Nacional, Gestión de Riesgos y un grupo de la Agencia Nacional Minera, desde el jueves hasta el domingo. Hicimos todos los esfuerzos posibles, pero definitivamente no se pudo rescatar el cuerpo y se decidió sellar la mina”, aseguró el mandatario.

Según Flórez, insistir en la búsqueda era arriesgar a que ocurriera otra tragedia.

“El terreno estaba totalmente inestable y no garantizaba el trabajo. De seguir, exponíamos a más personas. Hicimos todo lo humanamente posible, pero no logramos el objetivo”, añadió el alcalde, quien además aseguró que el hecho se presentó en medio de labores de mantenimiento.