Jhon Carlos Patiño Morales, ‘Japonés’, no logró seguir prófugo de la justicia. El hombre estaba evadido desde el 2011, tras ser condenado como responsable de tentativa de homicidio y fabricación, tráfico o porte de estupefacientes.

Patiño Morales participó, junto a dos hombres más, el domingo 16 de noviembre de 2008, en el intento de homicidio del fiscal séptimo especializado de Cúcuta, Miguel Arturo Bueno Ayala.

Para el 15 de febrero de 2009, luego de varias investigaciones, las autoridades emanaron tres órdenes de captura contra los responsables del ataque y capturaron a 'Japonés' y a Edward Javier Giraldo Chacón, 'El Veneco', y Robinson Javier Martínez Duarte, 'El Viejo'. 

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Estos dos últimos los sentenciaron a 14 años.

Se había escapado

Para marzo de 2011, dos años después de ser capturado, y luego de negar y negar su participación en el atentado al fiscal, Patiño Morales decidió aceptar y negociar con la Fiscalía, pero luego cambió de pensar y prefirió  ir a un juicio, donde fue condenado por estos hechos.

“'Japonés' fue capturado por la Policía, para cumplir una condena de 27 años y 6 meses de prisión (330 meses)”, señaló la Fiscalía en un boletín de prensa.

Sin embargo, en la cárcel, tras presentar quebrantos de salud, una cirugía de corazón lo puso en un centro médico y mientras se recuperaba, aprovechó para huir. 

Fue hasta hace poco que la Policía Metropolitana de Cúcuta, en trabajo coordinado con la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) y la Fiscalía lo recapturaron.

El atentado al fiscal

Ese domingo 16 de noviembre de 2008, el fiscal Miguel Arturo Bueno Ayala salió en busca del almuerzo y a las 12:45 del día, cuando regresaba, sufrió el atentado. 

“El fiscal llegó en el carro y se estacionó frente a la residencia. En ese momento aparecieron los hombres en otro vehículo” relató para ese entonces, un habitante del sector, testigo del hecho.

Según se conoció, fue el Veneco y el Viejo, quienes le dispararon a la altura del cuello al fiscal. Los dos escaparon en un Chevrolet Chevette, rojo, conducido al parecer, por el Japonés, quien sería el jefe de dicha banda. 

La esposa del fiscal junto a un vecino lograron trasladarlo al hospital Erasmo Meoz, donde los médicos de turno lo atendieron y tras una operación, lograron salvarle la vida.