Tres historias entrelazadas de vida y muerte. Así, recordarán los habitantes del municipio de Ragonvalia la masacre que ocurrió la noche del pasado jueves, en medio de la soledad cerca al Puente Alianza, en la frontera con Venezuela.

Los gritos en medio de las lágrimas y los abrazos entre los familiares de las víctimas, frente a la estación de Policía, eran lo único que interrumpía el silencio en el parque principal del municipio, en la mañana de este viernes.

El macabro plan que se armó contra Javier Arley Contreras Espitia, coordinador de Cultura del municipio; Johnse Maiquy Largo Peña, propietario de un taller de motocicletas y del venezolano Yorman Blanco, se ejecutó en un paraje solitario, promediando las 9:00 de la noche.

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“Nunca nos imaginamos que pudiera pasarles algo así. Ellos (las víctimas) hasta el último momento estuvieron contentos, tranquilos y unidos, como siempre se caracterizaron”, dijo la hermana de Largo.

(En esta moto se movilizaban las víctimas.)

¿Cómo fue?

Los tres hombres compartieron una cena en la casa de uno de ellos y posteriormente se subieron a una motocicleta venezolana roja marca Keeway RKV, de placa AK5S90A, con rumbo, presuntamente, hacia el gimnasio, como acostumbraban a hacerlo en las noches.

Aunque las horas pasaron, sus familiares esperaron con calma que sus seres queridos atravesaran la puerta y llegaran sanos y salvos.

A las 11:00 de la noche, tras insistir con algunas llamadas a los celulares de las víctimas, los familiares se percataron de que el único teléfono que tenía señal era el de Blanco. Ello, les dio a pensar que estarían cerca a la frontera venezolana, que conduce hacia el sector Las Delicias del vecino país.

Sin embargo, sobre las 6:00 de la mañana empezó a rondar la trágica noticia de que a los tres amigos y “compinches”  los habían asesinado brutalmente a balazos.

Los dolientes corrieron desesperados a la escena del crimen y efectivamente hallaron inicialmente los cadáveres de Blanco y Largo.

Aunque el cuerpo del gestor culturar Arley Contreras no estaba a simple vista, sus familiares, intuyendo que había corrido la misma suerte, adelantaron la búsqueda y lo encontraron  muerto metros más adelante de donde quedaron tendidos sus amigos.

Según se conoció, cuando las víctimas retornaban hacia el casco urbano, encontraron la vía obstaculizada con algunos troncos de árbol, por lo que tuvieron que frenar la marcha. Situación que aprovecharon los homicidas para atacarlos a balazos de manera indiscriminada.

 Largo y Blanco murieron inmediatamente, mientras que Contreras Espitia, quien llevaba 6 años ejerciendo el cargo de coordinador cultural, alcanzó a correr, pero cayó muerto en una zanja.

“Ellos no merecían una muerte así. Eran muy serviciales y la gente del pueblo los quería mucho”, explicaron los allegados.

Según los familiares, Blanco arribó a Ragonvalia proveniente desde Venezuela, desde hace tres meses, en busca de un mejor futuro para su familia.

Largo Peña empleó al venezolano en su taller de motos, por la cercanía que tenía con su pareja.

Entre los habitantes de Ragonvalia, queda guardado en los recuerdos, la gestión cultural de Contreras, especialmente con la comunidad de la tercera edad. 

Recompensa

Édgar Pallares, secretario de Gobierno de Norte de Santander, quien arribó a Ragonvalia a presidir un consejo de seguridad con el Ejército y la Policía, aseguró que la Gobernación ofreció una recompensa de hasta $20 millones por información que conlleve a esclarecer el hecho y a capturar a los responsables.

Aseguró que se reforzará el pie de fuerza del Ejército y la Policía. 

Pallares rechazó que el hecho se registrara aproximadamente a un kilómetro de la frontera. “Esto lo vamos a tratar con el presidente Iván Duque en un consejo de seguridad la próxima semana”, prometió.