En la mañana de este viernes, luego de que pasaran algunas horas de la extraña muerte de Jairo Alonso Vega Cáceres, funcionario del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, las autoridades adelantaron una rigurosa reconstrucción de la escena del hecho para ayudar a esclarecer las circunstancias en las que ocurrió.

Vega murió tras recibir un disparo en el pecho de su arma de dotación que, al parecer,  siempre mantenía cargada y sin seguro.

Loncho, como era conocido entre familiares, amigos y compañeros de trabajo murió en una casa ubicada en la manzana E16 lote 16 del barrio Torcoroma II, adonde llegó la noche del jueves en compañía de dos amigas que viven en el lugar, en medio de una jornada de tragos.

Según se conoció, Vega se encontró con las dos mujeres que estaban en un karaoke cerca de la vivienda, donde compartieron unas cervezas. Minutos después, fueron a comer en un establecimiento público.

Cuando llegaron a la casa, una de las mujeres entró a una habitación a cambiarse de ropa, mientras la otra fue al baño. Vega quedó solo en la sala y en ese instante, sonó el disparo que acabó con su vida.