Amparo Gallardo Sierra y Luis Raúl Araque Vera, inspector jefe del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), recientemente capturados, llegaron a un preacuerdo con la Fiscalía. Los dos son los primeros en aceptar los cargos, entre un grupo de dragoneantes  señalados de pertenecer a una poderosa red de distribuidores de estupefacientes al interior de la cárcel de Cúcuta.

La mujer, de 53 años, fue condenada a 4 años de prisión y a pagar una multa de 1.350 salarios mínimos legales mensuales vigentes a favor del Estado por concierto para delinquir agravado, con fines de narcotráfico.

Dicho preacuerdo, presentado esta semana, ante el Juzgado Tercero Penal Especializado Mixto de Cúcuta, consistió en una rebaja del 50 por ciento en la pena al acogerse a sentencia anticipada.

La Fiscalía tenía en contra de Gallardo Sierra, natural de San Pablo (Bolívar), audios, videos, fotos y mensajes de texto que la involucraban con la red delictiva, siendo la persona que almacenaba los estupefacientes en una tienda, ubicada frente al penal.

En la diligencia, la mujer, asistida por su abogado, dijo haber firmado el preacuerdo de manera, libre, consciente y voluntaria.

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El jefe

Araque Vera asistió de manera virtual a la audiencia con transmisión desde la cárcel de Bucaramanga y con asistencia de su abogado en Cúcuta. 

Sin embargo, el preacuerdo firmado, que contempla una pena igual al anterior, fue improbado por el togado tras argumentar que por la calidad de funcionario público le correspondía una pena aún mayor. 

“La pena privativa de la libertad (concierto para delinquir) se aumentará en la mitad para quienes organicen, fomenten, promuevan, dirijan, encabecen, constituyan o financien el concierto para delinquir o sean servidores públicos”, señala el Código Penal. 

Esta decisión fue apelada por la defensa del procesado y corresponderá al Tribunal Superior de Cúcuta tomar una decisión al respecto.

El concierto

La investigación  inició el pasado 12 de enero tras recibir los datos aportados por un interno sobre cómo se traficaban las sustancias estupefacientes con la venia de algunos guardias, liderados por el inspector jefe Luis Raúl Araque Vera, quien aprovechando su mando era secundado por cinco  dragoneantes para ingresar la droga al complejo carcelario por encargo de los presos, jefes de patio o llamados ‘caciques’. 

La misión de Araque Vera era coordinar la ubicación de los dragoneantes en los puestos de control de ingreso al penal y las garitas de vigilancia por donde se iba a pasar la droga, para que no se presentaran   inconvenientes y la ‘mercancía’ llegara a los patios, donde posteriormente el ‘cacique’ se encargaba de la venta entre los internos.

Los estupefacientes también eran arrojados  desde el exterior, por uno de los muros traseros. Desde donde se hacían los de ‘la vista gorda’ los guardianes de las garitas.

La Fiscalía Séptima Especializada de Cúcuta, detalló que por intermedio de los infiltrados lograron conocer los números telefónicos de los involucrados y cada uno de sus movimientos en el concierto para delinquir.

En las interceptaciones detectaron que Amparo Gallardo Sierra era la proveedora de la droga que era recogida por los dragoneantes en la tienda.

El producto de las ventas era entregado a los funcionarios del Inpec comprometidos o se dividía con el ‘capo’ que la había adquirido. Negocios que alcanzaban entre un millón y 3 millones de pesos, detalló el ente investigador.