Una comisión del Ministerio de Relaciones Exteriores será la encargada de determinar, a través de una inspección de terreno, si realmente un grupo de uniformados del Ejército venezolano incursionó en territorio colombiano para retener a un obrero y su máquina retroexcavadora, mientras adelantaba labores en el río Táchira, en inmediaciones de El Escobal.

El hecho ocurrió la tarde del viernes, cuando el operador de máquina Jorge Iván Cetina Sánchez, estaba en la línea fronteriza, excavando material para una empresa de concreto, ubicada sobre Boconó.

Según se conoció, un grupo de uniformados armados con fusiles arribó hasta el lugar y detuvo a Cetina y, además, se llevó la máquina retroexcavadora, con el argumento de que estaban operando en suelo venezolano.

Desde entonces, las autoridades colombianas iniciaron las investigaciones y tomaron contacto con sus homólogos en Venezuela, para esclarecer el hecho.

La Policía Metropolitana de Cúcuta envió un informe al Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el hecho, para que sea la Cancillería la que asuma las relaciones binacionales en el caso.

Sin embargo, al cierre de esta edición, se conoció que, familiares de Cetina se dirigieron a territorio venezolano con algunos documentos para verificar la legalidad de las labores ejercidas por el detenido y así solventar el inconveniente.

Entre tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia solicitó “el respeto a los derechos humanos del detenido y su pronta liberación, al igual que la devolución de la maquinaria decomisada”.

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El coronel José Luis Palomino López, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, lideró las negociaciones desde el puente internacional Francisco de Paula Santander, en El Escobal.

Por ahora, se adelantan las investigaciones para esclarecer por qué Cetina estaba excavando sobre el río Táchira.

Un hecho de sangre

En julio de 2017, Libardo Fuentes Hernández fue asesinado por militares venezolanos, cuando trabajaba en su máquina retroexcavadora en la orilla venezolana del río Táchira, al servicio de una trituradora.

“No dijeron un alto, no dijeron nada, sino que llegaron disparando. A mí me hicieron dos disparos, pero los alcancé a esquivar y gracias a Dios estoy vivo”, relató en su momento Gelar Barreto, compañero de Fuentes, quien se salvó del ataque de los uniformados del vecino país, cuando trabajaban.

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Frontera caliente

Cabe recordar que los habitantes de El Escobal viven atemorizados por el imperio criminal que impone la temible banda La Línea, cometiendo extorsiones, desapariciones y homicidios a lo largo y ancho de esta frontera con Venezuela.

Sin embargo, recientemente, la Policía Metropolitana golpeó una estructura de esta banda criminal, liderada por Richard José Escobar Rodríguez, Morris, quien demostraba frialdad para asesinar a sus víctimas y desmembrarlas.

Junto a Morris fueron capturados cinco hombres más que integraban esta estructura sicópata, como la denominó el general Ramiro Castrillón, comandante de la Región 5 de Policía, al asegurar que estos hombres disfrutaban mientras desmembraban a sus víctimas de manera salvaje.

Precisamente, Morris quedó grabado en un video aficionado mientras decapitaba a una de sus víctimas, en compañía de sus cómplices, para luego lanzar la cabeza frente a las instalaciones de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, en Ureña.

De esta manera, La Línea impone miedo y terror entre los habitantes de esta zona de frontera, golpeada por el accionar criminal de esta temible banda.

“Hay muchas víctimas de estas personas que no se atreven a denunciar por miedo a retaliaciones, pero sabemos cómo delinquen cuando desaparecen a las víctimas que se niegan a pagarles la extorsión y posteriormente las asesinan”, dijo una fuente judicial cercana al caso.

Por ahora, los esfuerzos de la Policía se concentran en contrarrestar el accionar de esta banda, que también se enfrenta con otros grupos delincuenciales por el dominio del territorio para el cobro de extorsiones, que se convirtió en un lucrativo negocio para los delincuentes que quieren imponer terror, asesinando con sevicia en esta zona, donde frecuenta el contrabando.