El asesinato del comerciante y estudiante de Derecho  Óscar Trinidad Toro Pérez, de 42 años, ocurrido la noche del viernes en el parqueadero de la Universidad Libre, generó repudio en la comunidad estudiantil de esta institución.

Con su muerte, quedó claro una vez más que a la hora de cometer un homicidio, los agresores no tienen ningún reparo para actuar.

Antes de las 10:00 de la noche, mientras Toro caminaba hacia su camioneta blindada marca Toyota, de placas venezolanas, un hombre joven, de entre 22 y 25 años, bajo apariencia de estudiante, le disparó a la víctima en al menos seis oportunidades: tres tiros lo impactaron en la cabeza y otros tres en el tórax.

Óscar cayó herido al piso ante la mirada impotente de los estudiantes que a esa hora salían de clase.

Minutos después fue trasladado a una clínica cercana, adonde llegó sin signos vitales.

El homicida aprovechó los momentos de pánico que vivieron los estudiantes tras el crimen, para salir del claustro universitario por el mismo lugar que ingresó a pie hacia las 8:00 de la noche.

Según se conoció, luego de salir de la universidad tomó un taxi y en el camino dejó abandonada una camisa de rayas y un bolso; asimismo, lanzó a la calle una pistola calibre 9 milímetros, marca Pietro Beretta, con la que cometió el homicidio.

Aunque la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) activó de manera inmediata un plan candado para lograr su captura, este no dio resultado. La pistola fue incautada por los uniformados.

En las 46 cámaras de seguridad de la universidad quedó registrado el agresor, descrito como de contextura delgada, alto, bien vestido y con lentes.

“Hasta donde sabemos, quien disparó no es estudiante de la universidad, sin embargo, estamos haciendo cotejo de rostros con la Sijín”, aseguró Débora Guerra, rectora de la UniLibre.

El comandante de la Mecuc, coronel Jaime Barrera, aseguró que Toro Pérez tenía una denuncia en su contra por amenaza. Sin embargo, aclaró que la víctima también había denunciado, por amenaza y extrorsión, a la persona que lo acusó.

Al parecer, la deuda de un dinero entre las dos personas habría generado problemas entre sí desde hace algún tiempo.

Entre tanto, Holger Cáceres Medina, presidente de la UniLibre seccional Cúcuta, aclaró que la víctima inició sus estudios de Derecho en agosto de 2015.

Asimismo, dijo que a la hora del ataque, en las instalaciones de la universidad, estaban presentes ocho vigilantes prestando seguridad.

Según se conoció, Óscar Toro era empresario de divisas. Dejó a dos hijos, entre ellos a una niña menor de edad.

Aunque su familia no se quiso pronunciar, los abogados de Toro aseguraron que no sabían de problemas que pudieran haber desencadenado el homicidio. Por ahora se adelantan las investigaciones para esclarecer el crimen y capturar al homicida.

La Opinión