Un juez del tribunal federal de Boston, en Estados Unidos, será el que decida cuántos años de cárcel pagará Henry Carrillo Ramírez, quien fue capturado en agosto de 2017 en Cúcuta, por hacer parte de una red de narcotraficantes.

Este narco, conocido como El Ingeniero o Barriga, aceptó los cargos que le imputaron las autoridades estadounidenses el pasado 4 de noviembre.

“Henry Carrillo Ramírez, de 49 años, se declaró culpable de un cargo de conspiración para poseer con la intención de distribuir cinco kilos o más de cocaína (según el reporte de decomisos, Carrillo alcanzó hasta 1.688 kilos) a bordo de un buque sujeto a la jurisdicción de los Estados Unidos, y cuatro cargos más por posesión de cocaína”, se lee en un reporte que emitió la justicia de ese país.

Cabe recordar que Carrillo Ramírez fue extraditado a Estados Unidos en abril de este año, y compareció ante un juez el 26 de ese mismo mes.

Además de Carrillo, dos coacusados más han sido extraditados al país del norte, y otro más fue pedido en extradición a España; los tres se declararon culpables. Un quinto, sigue prófugo.

¿Quién es el narco?

Henry Carrillo fue capturado el 12 de agosto de 2017 por unidades de la Policía Antinarcóticos e investigadores de la DEA, cuando se escondía en la casa de una funcionaria del Área Metropolitana, ubicada en Los Patios y donde era custodiado por una veintena de hombres fuertemente armados, pues extraoficialmente se conoció que libraba una guerra con los Pelusos.

El día de su detención, luego de que las autoridades le leyeran sus derechos y le informaran que sería extraditado a Estados Unidos, Carrillo Ramírez presentó síntomas de preinfarto, por lo que tuvo que ser llevado a una clínica, donde permaneció dos días.

Luego de que los médicos le hicieran varios exámenes, incluido un cateterismo, y descartaran que su vida corría peligro, el confeso narcotraficante fue trasladado en un avión hacia Bogotá, donde permaneció hasta abril de este año.

El trabajo de la DEA y las autoridades colombianas tuvo que ser muy sigiloso, pues como Henry Carrillo fungía como un reconocido empresario cucuteño y aparecía como representante legal de una peluquería, una empresa de vigilancia, un restaurante y una serviteca, con la que logró participar en muchas licitaciones que le granjearon muy buenos contactos, temían que pudiera enterarse del proceso penal que le adelantaban en su contra.

Por eso, la investigación de los agentes estadounidenses fue tan reservada, que ni las mismas autoridades en Cúcuta sabían que se estaba realizando.

Y fue precisamente ese silencio en las indagaciones, el que le permitió a Carrillo, en ese entonces, firmar un jugoso contrato con la Policía por más de $2.136 millones, al que además le hicieron una adición de $214 millones, para que este les prestara el servicio de mantenimiento preventivo y correctivo a todo costo, incluyendo repuestos y mano de obra, a los vehículos de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), la Policía del Departamento (Denor), la Compañía Antinarcóticos, a la Región 5, y demás unidades que fueran responsabilidad de la Mecuc.

De hecho, este ‘empresario’ también logró tener contratos con el Ejército, el Sena, el Inpec, algunas alcaldías y otros organismos del Estado.

Lo que le tienen guardado

Desde 2013, las autoridades estadounidenses comenzaron a seguirle los pasos a Carrillo y a la organización narcotraficante que dirigía, según el informe oficial, con al menos cuatro personas más, que estuvieron involucradas en la red que traficaba cocaína, procedente del Catatumbo, y que era “enviada en barco a través de Venezuela a España, Puerto Rico y otros lugares”. 

El informe oficial señala que la estructura del Ingeniero o Barriga compraba la cocaína en Tibú, transportándola hasta la Isla Margarita, en Venezuela. 

“A partir de entonces, según una fecha, hora, coordenadas marítimas y palabras claves acordadas, transportaban la cocaína en pequeñas lanchas, encontrándose con un barco pesquero en alta mar, todo organizado por el coacusado Henry Carrillo Ramírez. Las lanchas proporcionaban las palabras claves y las drogas eran transferidas al barco pesquero para su transporte a puntos de Europa y el Caribe”, explicó el reporte oficial.

En agosto de 2014, la Policía de Colombia -agrega el informe- interceptó las comunicaciones sobre un envío de cocaína desde Sudamérica a Europa, que involucraba a Carrillo y otros más. 

“El 25 de agosto de 2014, una operación internacional de aplicación de la ley localizó y abordó el barco que transportaba las drogas, y confiscó 960 kilos de cocaína”, indicaron las autoridades.

Un mes después, un buque británico aliado que transportaba a funcionarios de la Guardia Costera de los EE.UU. interceptó un barco organizado por Carrillo y otros más, que iba con destino a Puerto Rico, pero fue alcanzado cuando estaba aproximadamente a 30 millas náuticas al oeste de Montseratt. 

“Una vez se detuvo la embarcación, se observó que la tripulación tiró unos fardos de cocaína, que se recuperaron y pesaron 180 kilos. Las pacas restantes se perdieron en el mar”.

Nueve meses después de haber sido capturado, las autoridades judiciales en Colombia le aplicaron la extinción de dominio a 68 propiedades de Henry Carrillo Ramírez.

Los investigadores ocuparon una sociedad, tres fincas, una casa, dos establecimientos comerciales, un depósito, cuatro motos y 56 cabezas de ganado, todo avaluado en cinco mil millones de pesos.

En diciembre de 2014, la Guardia Civil española abordó otro barco en aguas internacionales, que aseguraron fue organizado por Carrillo y otros, confiscando 728 kilos de cocaína.

En agosto de 2015, los investigadores estadounidenses también interceptaron una lancha en el área costera de Farjardo, en Puerto Rico. Allí recuperaron 13 pacas que contenían casi 400 kilos de droga. 

En total, las autoridades antinarcóticos aseguraron que confiscaron 1.688 kilos de cocaína de esta organización dedicada al narcotráfico.

Intentó colarse en la JEP

Henry Carrillo, en su desespero por evitar ser extraditado, en 2018 le pidió a la Justicia Especial para la Paz (JEP) que lo incluyeran en ese proceso y frenaran su envío a Estados Unidos, argumentando que era tercero civil no combatiente asociado al conflicto y habitante en el lugar de injerencia de las Farc-Ep, donde financió a esta guerrilla por intermedio del narcotráfico.

Él quería presentarse voluntariamente ante la JEP porque repararía integral y materialmente a las víctimas del conflicto armado.

Sin embargo, luego de un exhaustivo estudio, la JEP no lo aceptó y a finales de 2018 le informaron que no cumplía con los requisitos para entrar en ese proceso.

La sentencia

Los cargos que le imputan a Henry Carrillo, por conspiración y distribución de droga, prevén una sentencia de hasta cadena perpetua, una liberación supervisada de por vida y una multa de 10 millones de dólares. 

“Las sentencias son impuestas por un juez de un tribunal de distrito federal con base en las pautas de sentencia de los Estados Unidos y otros factores legales”, explicó el reporte oficial.

Además, las autoridades de Estados Unidos confían en que El Ingeniero colabore con la justicia de ese país, para obtener beneficios.