La angustiosa llamada que recibió uno de los hijos de Martha Beatriz Fuentes, asesinada junto a su pareja  en el rancho donde vivían, se convirtió en los 30 segundos más tormentosos de su vida.

“Ella le alcanzó a decir que se fuera rápido hacia la casa, porque los estaban torturando y los iban a matar”, dijo una de las hijas de Josefito Espinosa, de 70 años, la otra víctima.

Atendiendo a su angustioso llamado, cuando el hijo arribó al lugar (acompañado de miembros de la Policía Metropolitana de Cúcuta) ubicado en la vereda El Nuevo Porvenir, de la vía al corregimiento San Faustino, encontró una macabra escena. Espinosa fue hallado muerto, sentado en una silla, con un disparo en la cabeza y  la señora, de 62 años, tendida en una habitación, con cuatro disparos en su cuerpo.

Al parecer, Espinosa tenía una prenda de vestir envuelta en su cabeza y también tenía cortes en la boca. Su prótesis dental estaba en el piso.

Antes de las 8:00 de la noche del lunes, el resto de familiares de la pareja conocieron la lamentable noticia del doble crimen.

Los llantos y los lamentos de los hijos de las víctimas interrumpieron el silencio, en medio de la oscuridad de este apartado lugar de la zona rural de Cúcuta.

El rancho está en medio de una carbonera, que tiene vigilancia privada.

Investigan hipótesis

Familiares de Espinosa presumen que el doble crimen fue producto de un intento de atraco.

“Llegaron a atracarlos y como se dieron cuenta de que no tenían dinero los torturaron y los mataron”, dijo una de las hijas.

Según se conoció, Josefito vendió un lote en noviembre del año pasado y tenía el dinero consignado en una cuenta bancaria.

La mujer dijo que sus familiares no tenían amenazas ni ningún problema que podría haber provocado el doble homicidio.

Miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) adelantaron el levantamiento de los cuerpos e indagan sobre diferentes hipótesis del hecho. 

También, analizan en cámaras de seguridad del sector.