Un testigo alcanzó a ver al pistolero cuando llegó a la esquina de la calle 5 con transversal 12 de la urbanización Montebello I de Los Patios y rondó cauteloso a su víctima. El sujeto caminó media cuadra y se devolvió esperando a que Emerson Andrés Rodríguez Ortiz le diera la espalda.

Eran las 4:45 de la tarde del pasado sábado y en la calle estaba el hombre, de 41 años, en compañía de algunos vecinos dialogando sentados en un  andén, frente a una barbería y a la sastrería de un hermano. Mientras tanto, sus dos hijos, de 4 y 6 años, jugaban con unos primos, frente a la casa de unos familiares.

De un momento a otro, el pistolero pasó raudo por entre los niños hasta llegar a donde se encontraba el papá y sin ninguna contemplación le disparó a la cabeza.

Emerson Andrés cayó al suelo ante el estupor de los pequeños y otros familiares que fueron llegando rápidamente al lugar, quienes no daban crédito a lo ocurrido.

El testigo indicó que el homicida corrió más de una cuadra para subirse a una motocicleta en la que lo esperaba su cómplice para escapar, pero ésta se apagó y en el afán, al parecer, tiró a un caño el arma de fuego.

Enseguida, la esposa y vecinos gritaban desesperados pidiendo que alguien lo auxiliara, pero en vista de que nadie acudía lo subieron al propio carro de la víctima y ella lo trasladó hasta el Hospital Local de Los Patios, pero ingresó sin signos vitales.

Según se conoció, Emerson Andrés, natural de Cúcuta, estaba durmiendo en la casa de su hermano, donde iba frecuentemente para que los niños compartieran con sus primos. Su mamá vivía en la casa de al lado y él con su esposa en otra, pero en el mismo barrio.

“Él se levantó y se fue a charlar con algunos familiares y vecinos a la esquina, mientras que cuidaba a los niños. El hermano y la cuñada se acababan de ir cuando apareció el sicario”, señaló un familiar.   

La búsqueda

De acuerdo al reporte policial, los delincuentes se transportaban en una motocicleta socialista roja. El conductor vestía una camisa negra con bluyín oscuro y el parrillero camisa blanca y bluyín claro. Las autoridades analizan en detalle el recorrido de escape que tomaron en cámaras de seguridad del sector.

“Él era comerciante y técnico en máquinas tragamonedas. No tenía amenazas. Era una persona  muy social y no sabemos por qué pasó esto”, relató otro pariente.

Unidades de la Brigada Interinstitucional Contra Homicidios (Brinho) adelantaron el levantamiento en el centro asistencial y en el lugar de los hechos tomaron las evidencias de interés que servirán para iniciar las pesquisas.

Los investigadores conocieron que en su trabajo la víctima recorría los corregimientos de La Gabarra y Campo II en Tibú y el municipio del Zulia, entre otros.