En la tarde de este miércoles, Liliana Prada, esposa del piloto Julio Díaz, secuestrado por el Eln, anunció que hizo una solicitud dirigida a la Procuraduría General de la Nación, Cruz Roja, Iglesia Católica y Defensoría del Pueblo para que se conforme una comisión humanitaria permanente, hasta que se logre la liberación de su pareja y la de sus dos compañeros que iban en el helicóptero HK-4327.

Julio Díaz, Carlos Quinceno y Maxwell Joya fueron secuestrados desde el 11 de enero por miembros de Ejército de Liberación Nacional(Eln), cuando sobrevolaban sobre San José del Tarra, en Hacarí. Una vez interceptados y secuestrados, esta guerrilla procedió a incinerar la aeronave. 

Prada resaltó la importancia de utilizar este mecanismo de mediación para lograr comunicación y conciliación con el grupo guerrillero, y asimismo, salvaguardar la vida de los tres tripulantes de la aeronave.

Liliana Prada, esposa de Julio Díaz, secuestrado por el #Eln, anunció que hizo una solicitud a la Procuraduría, Cruz Roja, Iglesia Católica y Defensoría del Pueblo para que se conforme una comisión humanitaria hasta lograr la liberación de los tripulantes del helicóptero HK-4327 pic.twitter.com/GPKt0TEmcW

— Diario La Opinión (@laopinioncucuta) 24 de enero de 2019

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La mujer, con voz pausada, le manda un mensaje de amor, fe y esperanza a su esposo, para que esté tranquilo, y sepa, además, que se están adelantando todos los trámites pertinentes para lograr el apoyo de entes nacionales e internacionales que velan por los derechos humanos.

Su solicitud de ayuda también la dirigió a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y a la Organización de Estados Americanos (OEA). 

La esposa de Díaz, por último, le envió un mensaje al grupo guerrillero para que esté abierto al diálogo y asimismo, demuestre sus intenciones de paz con los habitantes de la región.  

Llanto en Bucaramanga

Entre tanto, Judith Ramírez, mamá del manizaleño Carlos Quiceno, dejó entrever el temor y la zozobra que vive su familia desde el secuestro de su hijo.

“Acá en Bucaramanga él (Carlos) conoció a su esposa, tuvo sus tres hijos (de 2, 4 y 5 años) y se quedó a vivir, es el sustento de ese hogar que hoy lo llora y lo extraña. Mi hijo lleva cinco años trabajando como escolta y nunca había tenido ningún problema, es una persona intachable”, expresó Ramírez.

Desde el barrio Villa Mercedes, en el norte de Bucaramanga, esta mujer clama para que este grupo subversivo le respete la vida tanto a Carlos como a sus compañeros.

“Yo me encuentro muy mal, no duermo y lo único que le pido a mi Dios es que mi hijo y los demás secuestrados se encuentren bien”, aseguró.