La desesperación y la incertidumbre invadieron ayer a familiares y amigos del taxista Alberto Barrera Becerra, desaparecido desde la medianoche del lunes, y de Guillermo Capacho Mendoza, quien también había desaparecido el mismo día, tras enterarse de que las autoridades encontraron a un hombre muerto con características similares a sus parientes, debajo del puente García Herreros, en el Anillo Vial Oriental.

Mientras que los miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía adelantaban la inspección y levantamiento del cadáver a la orilla del río Pamplonita, arriba, sobre la estructura del puente, los parientes esperaban ansiosos que se le lograra identificar para saber si era Barrera o Capacho.

Las lágrimas afloraban en medio de las súplicas para que la muerte no les tocara a ninguna de sus familias.

Sin embargo, cuando los investigadores le hallaron la cédula de ciudadanía al cadáver, se percataron de que se trataba de Guillermo Capacho, de 56 años, quien desapareció en la mañana del lunes cuando salió de su casa ubicada en el barrio La Libertad.

“Él era muy puntual para llegar al trabajo; por eso cuando no llegó el lunes nos preocupamos y supimos que algo le había pasado”, aseguraron los compañeros de Capacho Mendoza.

Sus amigos lo recordaron como una persona alegre, servicial, noble y que no tenía problemas con nadie.

Aseguraron que Guillermo dedicó casi toda su vida a trabajar en un reconocido establecimiento comercial dedicado a la venta de ropa de marca, ubicado en el centro de la ciudad.

¿Cómo lo mataron?

Según se conoció, Guillermo Capacho fue ahorcado con su correa, la cual quedó tirada junto a su cadáver. Además, tenía algunos golpes en la cara, la cabeza y un hematoma en el abdomen.

Las autoridades presumen que fue asesinado el mismo lunes. Capacho tenía su billetera con los documentos y algo de dinero, por lo que se descarta que el móvil del crimen haya sido un robo.