“No me dejen morir” y “no puedo respirar”, fueron algunas de las frases que soltó un adolescente, luego de recibir un disparo en el pecho.

El estudiante de décimo grado, hoy recuperándose en una unidad de cuidados intensivos de Cúcuta, fue víctima de lo que para algunos es la mala suerte y para otros la muestra innegable de la inseguridad que se siente en las calles de la capital nortesantandereana.

A las 6:00 de la tarde del pasado sábado, al salir del ensayo de la banda marcial del colegio -donde toca un instrumento de viento- el adolescente, de 17 años, caminaba junto a un compañero por la esquina de la calle 16 con avenida 6 del barrio La Cabrera, cuando dos hombres que pasaron corriendo junto a él, decidieron voltear y disparar.

Se trataba de dos presuntos ladrones, ambos jóvenes, “menores de 30 años”, contó un testigo.

El adolescente cayó al piso herido, junto a los pies del venezolano Darwin Rivera, quien llegó a Cúcuta huyendo de la crisis en su país. Al extranjero, uno de los disparos le rozó el muslo de la pierna izquierda.

En ese momento, el joven músico fue auxiliado. Lo giraron hacia un lado intentando contener la hemorragia, mientras repetía que no lo dejaran morir y su amigo le pedía que no se durmiera, porque el miedo era que al hacerlo cerrara sus ojos para siempre.

Antes de las 7:00 de la noche, unidades policiales del cuadrante llevaron en una patrulla a los dos heridos hasta un centro de salud.

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¿Qué pasó? 

Por ahora, las versiones son diferentes. La primera es la de los residentes del sector, que también son víctimas de lo sucedido.

Uno de ellos aseguró que los dos hombres llegaron hasta una tienda- ubicada a mitad de cuadra del lugar de los hechos- donde esta persona estaba con tres amigos (2 mujeres y un hombre). 

Uno de los delincuentes, con arma de fuego en mano, se paró en la entrada del negocio y les pidió a los tres que estaban sentados en la mesa los celulares y la llave de la moto que estaba parqueada justo a su lado. El otro ingresó a la tienda, abrazó al cuarto miembro del grupo de amigos, exigiéndole  también el celular y el dinero.

Tras gritos, amenazas y algunos forcejeos, los ladrones lograron llevarse los equipos de comunicación y huyeron. 

Inmediatamente, una de las mujeres empezó a gritar: “¡Agárrenlos, ladrones! y la gente salió a la calle (…)”, dijo.

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Al verse presionados por los gritos de las personas, los hombres habrían disparado y fue allí donde resultó herido el estudiante que pasaba en ese momento. 

Luego, los ladrones se montaron en un carro Chevrolet Corza, azul, de placa venezolana, que los esperaba a pocos metros y emprendieron la fuga.

Persecución

Según el coronel Rubén Valencia Alvis, subcomandante de la Policía Metropolitana, otra versión es que el menor  de edad estaría persiguiendo a los ladrones que habrían robado a su madre y producto de esta acción se presentaron los disparos.

Vale destacar que de acuerdo con los testimonios recogidos por La Opinión en el lugar de los hechos, las dos víctimas solo estaban en el sitio por casualidad y no persiguiendo a nadie.

Muchos robos

La tienda donde se presentó el robo ha sufrido tres atracos entre 2017 y 2018. Cerca, otros negocios, como un supermercado y una panadería también han sido víctimas de los ladrones. El año pasado en ese mismo sector, un hombre recibió un disparo en la cabeza, cuando lo iban a robar. 

Los señalamientos de inseguridad del sector son avalados por los resultados de la encuesta de percepción Cúcuta Cómo Vamos, en donde el 44% de los cucuteños aseguró sentirse inseguros en la ciudad, el 40% inseguro en el barrio y el 53% dijo que los robos son el principal problema.

Al ser cuestionado sobre las quejas de los vecinos de La Cabrera, sobre la inseguridad, Valencia señaló que  la gente “está convencida que se necesita para cada negocio un policía. El ejercicio es generar auto medidas de seguridad, el cuadrante está distribuyendo información y hablando con la comunidad”.