La muerte por oponerse a un atraco es, por ahora, la principal versión que manejan las autoridades de Policía, sobre el asesinato de dos hombres en un establecimiento de la avenida Las Américas.

Se trata de los compañeros de trabajo Júnior Alberto Buendía Ramírez, de 26 años, natural de Bogotá, y Carlos Alberto Campo Castillo, de 55, de Cajibio (Cauca). El primero, conductor de tractomula y el segundo, escolta de vehículos de carga o maquinaria pesada.

El caso ocurrió el domingo, hacia las 6:00 de la tarde, en el pool La Oficina del barrio Los Laureles, luego de que dos hombres que llegaron cada uno en una motocicleta, encañonaron a las víctimas que departían en compañía de dos mujeres y les hurtaron presuntamente un bolso con dinero y un celular. 

Uno de los afectados habría empujado al hombre que materializó el atraco, haciendo que éste se volteara y le disparara al pecho, mientras que el compañero que intentó atacarlo con una silla, también corrió la misma suerte. 

Uno de los asesinos dejó abandonada la moto en la que llegó, una Bera Socialista, roja, placa AH4Z03M, subiéndose de parrillero en la motocicleta del cómplice para escapar velozmente.

Según se conoció, una de las víctimas quedó en medio de la calle, y la otra  a la entrada del negocio. Entre varias personas fueron auxiliados y trasladados en un taxi a la Unidad Básica del barrio Comuneros, donde no alcanzaron a llegar con vida. 

El coronel Wilmer Pedroza, comandante operativo de la Policía Metropolitana, señaló que  “la Sijín está adelantando las labores investigativas para lograr la captura de los responsables de estos hechos. Muy pronto vamos a dar resultados de este doble homicidio”, indicó.

Venían a Pamplona

Campo Castillo era sargento primero pensionado del Ejército y residía en la calle 160 al norte de Bogotá. Dejó cuatro hijos.

Buendía Ramírez residía en el barrio El Tintal de la capital y dejó dos hijos, de 7 y 2 años.  Los familiares de las dos víctimas viajaron ayer a  Cúcuta para ponerse al frente de las diligencias de entrega de los cadáveres. Las honras fúnebres se cumplirán en Bogotá.

“Ellos venían de trabajo hacia Pamplona, donde dejaron la tractomula y luego viajaron a Cúcuta a hospedarse”, señalaron los parientes.