La oscuridad, el silencio, los malos olores y la zozobra de que en cualquier momento se desatara una balacera, fueron los acompañantes de una comisión de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que ingresó a la trocha La Playita de La Parada, en busca de dos hombres asesinados en el río Táchira.

Los vehículos solo pudieron avanzar aproximadamente 50 metros, entre piedras y maleza. “Toca caminar por ahí un kilómetro”, les dijo uno de los uniformados a sus compañeros, dándoles la indicación para llegar hasta el punto donde estaban los cadáveres.

Los policías, la mayoría vestidos de civil, cumpliendo sus labores de inteligencia, tomaron las medidas de seguridad necesarias y continuaron su marcha a pie por la trocha, en uno de los lugares más vulnerables, donde se cometen crímenes, en gran parte, originados desde el territorio del vecino país.

En el recorrido se oyeron pocas voces, solo el roce con la maleza marcaban los pasos de los miembros de la fuerza pública que poco a poco intentaban llegar hasta el escenario mortal.

Después de 15 minutos, el sonido del río les indicó que estaban a  pocos metros de llegar al lugar. Las linternas empezaron a agilizar la búsqueda de los cuerpos que finalmente fueron hallados uno junto al otro, en la mitad del río, pegados a una pequeña isla de piedras hacia el lado venezolano.

En el sitio se hizo presente el coronel Javier Barrera, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, para verificar lo que había ocurrido.

Sin identificar 

Miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Mecuc ingresaron al río y practicaron el levantamiento de los cadáveres, por razones humanitarias.

Uno de los cuerpos tenía un tatuaje en el antebrazo izquierdo y otro, una flor en la misma mano. Además, vestía una pantaloneta roja, la camiseta de un equipo de fútbol y tenis blancos. Fue impactado con dos balazos en la cabeza.

El otro hombre que estaba boca abajo y con una venda en los ojos, llevaba franela negra, pantalón beis y zapatos negros. El cadáver tenía un disparo en la cabeza.

Según se conoció, cuando los investigadores de la Sijín estaban terminando el procedimiento del levantamiento de los cuerpos, se oyeron varios disparos desde el territorio venezolano, hacia San Antonio del estado Táchira.

De inmediato, los policías tomaron las medidas de seguridad para salir del lugar.

Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal y hasta el cierre de esta edición no habían sido identificados.

Estos dos homicidios son los primeros que se han registrado este año en este sector de La Parada, donde  el año pasado este sector de Villa del Rosario estuvo marcado por múltiples balaceras y al menos 25 personas muertas violentamente.

Venezolano asesinado

De otra parte, como el venezolano Rafael Martínez Agüero, de 25 años, fue identificado el hombre  asesinado a balazos en la trocha La Playita, sobre el río Táchira, el 23 de diciembre de 2017.

La mamá entregó los datos que permitieron constatar que se trataba de él, y adelantó los trámites en Medicina Legal para reclamar el cuerpo.

La mujer aseguró que su hijo salió de Venezuela hacia Cúcuta,  desde el 7 de diciembre con el objetivo de vender algunos productos, ahorrar un dinero y viajar hacia Bogotá o Medellín, adonde lo estaban esperando algunos amigos.

“Él tenía tres hermanos, era padre de un hijo y esperaba otro. Era estudiante y quería ser profesor de deporte como su tío”, relató la adolorida madre.