Charlys Adrián Sánchez Sanguino y Nelson Albeiro Rivera Melgarejo, ambos de 30 años,  aceptaron los cargos por la brutal muerte de la familia Peña Peña, ocurrida el primero de octubre de 2012 en zona rural de Chinácota, y serán condenados a 36 y 26 años respectivamente.

Estos dos hombres, además de otros implicados cuyos juicios avanzan por separado, se dividieron en tareas específicas para primero secuestrar a Nelson Milciades Peña Peña, su esposa Rubiela Peña, de 34, e hija, de 16, cuando llegaban a su finca y después matarlos, utilizando un hacha.

Tras no tener rebajas en la pena debido a la gravedad de los hechos cometidos (homicidio agravado, secuestro simple agravado, porte ilegal de armas de uso restringido de las Fuerzas Armadas y concierto para delinquir), ambos llegaron a un preacuerdo con la Fiscalía que consistió en aceptar su responsabilidad a cambio de ser condenados por la pena mínima del delito más grave, sumado a un porcentaje por cada uno de los demás delitos.

Dicho preacuerdo fue presentado ante un juzgado especializado de Cúcuta que lo aprobó y para los próximos días solo resta la lectura de la sentencia.

La camioneta del comerciante la quemaron en una trocha de la vereda Iscalá Sur.

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Tareas 

Según relató el ente investigador, Sánchez Sanguino adelantó los trabajos preparativos para el secuestro de la familia cuando llegaban a su finca llamada El Reflejo, en la vereda Urenque (Chinácota) y el posterior traslado a otra finca arrendada para tal fin.  

“Luego de ser ejecutados y lanzados a un hueco, los cubrió de tierra. Al día siguiente, plantó hortalizas para evitar que fueran descubiertos y permaneció en la finca por varios días”, indicó la Fiscalía.

Respecto a Rivera Melgarejo  se conoció que llevó a cabo los actos preparativos para el plagio con el fin de cobrar una deuda a la señora Rubiela y para tal fin alquiló la finca en la vereda Los Colorados. 

“Además consiguió el armamento y el transporte para hacer el transbordo de la familia a otro vehículo”, detalló la Fiscalía.

Este último, estuvo pendiente del secuestro antes, durante y después del mismo. Pero, según testigos, no estuvo cuando se cometieron los  homicidios.  

Los hechos

El secuestro fue perpetrado al mediodía de un lunes cuando Nelson Milciades, comerciante mayorista de papa en Cenabastos, llegaba en una camioneta con su familia a su finca. Dos horas después, acabaron con sus vidas. 

El grupo de delincuentes le venía siguiendo el rastro a la familia un mes atrás. 

Inicialmente, fueron tres sujetos los que  sorprendieron al  comerciante cuando se bajó del automotor a abrir el portón de la finca y luego lo obligaron, con armas de fuego, a subirse al mismo vehículo para secuestrarlo con su esposa y su hija, estudiante de once grado del colegio Sagrados Corazones.

“Los delincuentes, al servicio de Los Rastrojos, tomaron la vía a Pamplona y se desviaron a El Diamante, donde trasbordaron a la familia a otro vehículo. La camioneta del comerciante la quemaron en una trocha de la vereda Iscalá Sur”, señaló uno de los investigadores del caso.

El Gaula inició las investigaciones con evidencias recolectadas en el lugar del secuestro, entre estas una granada  y el sitio donde fue incinerado el automotor de la familia.

Según informantes, al llegar a la finca arrendada, la familia permaneció encerrada mientras cavaban la fosa de un metro y medio de profundidad. Luego, sin importar los gritos de compasión,  los sacaron y fueron asesinándolos. Primero fue el comerciante, luego su hija y por último su esposa.

Todo parece indicar que la orden era ‘matar o matar’ a la familia Peña Peña.

En la imagen Harold Manuel Erazo Gómez, Nelson Albeiro Rivera Melgarejo, Charlys Adrián Sánchez Sanguino y José Bernabé Vera Peñaloza.   

Otros preacuerdos

José Bernabé Vera Peñaloza y Harold Manuel Erazo Gómez, capturados igualmente  por estos hechos, también llegaron a un preacuerdo con la Fiscalía y para el próximo 28 de noviembre se espera que sea presentado ante un juzgado especializado.