Flor Alba Montero está convencida de que su hijo, el capitán de la Policía Ányelo Palacios, presentía que algo malo estaba por suceder y por eso antes de su partida a Florencia (Caquetá) siempre habló de su muerte.

El sábado a las 7:20 de la noche se despidió de ella con una frase que la dejó inquieta: si me llegan a matar o me sucede algo, no se quede callada.

Esas fueron -según su madre- las últimas palabras de Ányelo antes de partir por tierra rumbo a Florencia, donde hoy debía presentarse a trabajar, luego de un mes y medio de vacaciones en Cúcuta. 

“Él iba todo raro, todo nervioso (…) Antes de salir rezamos el Santo Rosario y la Novena. Me pidió que le echara la bendición, me abrazó y me dijo que me cuidara mucho (…) lloró encima del hombro mío y yo también lloré con él”, recuerda Flor Alba.

El capitán tenía razones de sobra para temer por su vida, pues frecuentemente lo llamaban desconocidos para amenazarlo y preguntarle de qué color (blanco, negro o amarillo) quería su ataúd. Luego colgaban y nunca respondían las llamadas que Ányelo devolvía. La última vez fue hace 10 días.

Esa fue una de las intimidaciones de las que su mamá se enteró, pero al parecer, el oficial no quería preocuparla y callaba muchas otras.

“Yo notaba que él llegaba temblando y se acostaba y brincaba. Entonces, le hacía agüitas de toronjil, valeriana y le compré unas pastillas para dormir (…) Antes de irse le traje unas virgencitas y le dije que fuera donde el padre del barrio para que se las bendijera y me hizo caso”, agrega Flor Alba. 

Sin embargo, el tema de la muerte lo seguía rondado y al llegar de la iglesia se quedó mirando a su madre y le dijo que si él moría, quién iba a cuidar de ella y volvió a entrar en llanto.

Días atrás, Ányelo Palacios destapó un escándalo al interior de  la Policía al denunciar a la llamada “Comunidad del Anillo”. Esto obligó a renunciar a sus cargos al director de la Policía Rodolfo Palomino, y al viceministro del Interior Carlos Ferro.

La delicada situación llevó a que el oficial solicitara medidas de protección ante la Fiscalía, pero en la actualidad solo contaba con una revista periódica de sus mismos compañeros a su residencia familiar en Cúcuta. Sus abogados también están amenazados.

El viaje

^{En este vehículo Kia, con placa de Yopal, viajaba el capitán rumbo a Bogotá, para después dirigirse a Florencia. La Sijín lo inspeccionó y devolvió a la familia. (Foto: cortesía)}

A pesar de sus miedos y preocupaciones, el capitán -según su madre- prefirió viajar en un carro Kia, con placa de Yopal, que le habían prestado. Una de sus hermanas lo esperaba en Bogotá para ayudarlo a manejar hasta Florencia.

Esta no era la primera vez que el oficial emprendía este viaje, de aproximadamente 32 horas. Esta vez lo hacía en compañía de su padrastro, de 75 años, quien para la tranquilidad de la familia se ofreció a acompañarlo hasta la capital.

“Recuerdo que me dio un beso, me apretó las manos y me dijo que apenas llegara a Florencia me iba a mandar una platica. Me aseguró que no se iba en avión porque le daba lástima no dejarme $200.000”, señaló Flor Alba.

Según dijeron sus parientes, a Ányelo le pareció mejor viajar de noche porque el tráfico resultaba más liviano y así fue que partió rumbo a Bogotá, pero no logró pasar del tramo conocido como Las Cucalinas, del sector La Miguelera, en la vía a Pamplona. 

^{En el tramo conocido como Las Cucalinas, del sector de La Miguelera, en la vía a Pamplona, ocurrió el secuestro del oficial. (Foto: Roberto Ospino)}

No mirar atrás

De acuerdo al relato del padrastro, en la vía a Pamplona cuatro sujetos armados en dos motos los interceptaron y se llevaron a Ányelo por un rastrojo, sin más detalles, puesto que los desconocidos lo obligaron a quedarse en el automotor sin mirar atrás y bajo la falsa promesa de que en una hora y media lo traerían de regreso.

“Uno de los delincuentes se subió al carro y daba las órdenes. Estando en Pamplonita nos bajaron hasta la Donjuana y nos subieron otra vez (…) Por medio de los celulares que tenían se hacían luces con otros (…) había varios hombres en los alrededores porque se escuchaban muchas voces”, contó el padrastro.

Transcurrido este tiempo y promediando las 10:00 de la noche el padrastro decidió salir y pedir ayuda. 

Los celulares de Ányelo Palacios y el de su padrastro fueron robados y apagados. Desde entonces, no se tiene noticia de su paradero, ni han hecho llamadas a su familia. 

Su angustiada madre le pidió a los secuestradores que le respeten la vida a Ányelo, porque “él es una persona humilde y un buen policía que tiene 14 años de trabajo y quiere seguir en la filas. Espero que en su caso salga a la luz la verdad”.

El general Fabio López Cruz, Director del Gaula de la Policía, anunciará hoy el pago una recompensa por información que conduzca al paradero del capitán. 

Relato policial de los hechos

El siguiente es el comunicado emitido por la Policía sobre lo ocurrido,  paso a paso:

1. Entre las 9:30 y 10:00 de la noche del sábado, 12 de marzo de 2016, el capitán de la policía Ányelo Palacios Montero se desplaza en el vehículo particular Kia rojo, de placa MXW865, por la vía que de Cúcuta conduce a Pamplona, en Norte de Santander. Lo hacía en compañía de su señor padrastro, Arcilio Ortiz Valero.

2. En el kilómetro 85, a la altura de Pamplonita, en el sector conocido como La Miguelera, cuatro hombres que se movilizaban en dos motocicletas los abordaron y se llevaron al capitán con rumbo desconocido.

3. En el sitio dejaron a su acompañante, a quien le manifestaron que en una hora el capitán estaría de regreso.

4. Como esto no ocurrió, el señor Arcilio Ortiz Valero dio aviso a un vigilante de obra de la zona, quien llamó a la Policía.

5. De inmediato, la Policía desplegó su capacidad institucional para iniciar la búsqueda del capitán y dispuso del acompañamiento profesional necesario para su familia.

6. El director General de la Policía, general Jorge Hernando Nieto Rojas, dispuso el traslado inmediato a la zona del subdirector de la institución, mayor general Ricardo Alberto Restrepo Londoño; del director de Antisecuestro y Antiextorsión, brigadier general Fabio Hernán López Cruz, y de un equipo interdisciplinario de investigación.

7. La Policía condena este acto delictivo y exige a los captores de nuestro capitán respetar su integridad y devolverlo de inmediato al seno de su familia.

8. La Policía mantendrá informada a la opinión pública sobre el alcance de las investigaciones y reitera su compromiso de velar por la libertad de todos los colombianos para así ayudar a construir una Colombia segura y en paz.

^{El capitán Ányelo Palacios trabaja desde hace más de un año en Florencia, donde adelanta diferentes acciones de apoyo a la comunidad. (Foto: Cortesía)}

La red de prostitución

Palacios se declaró como víctima de una supuesta red de prostitución en la Policía, conocida como la “Comunidad del Anillo”. En este contexto, la emisora La F.M. publicó un video en el que el ahora secuestrado sostenía una conversación con el excongresista y exviceministro del Interior Carlos Ferro.

En el registro, que parece ser realizado por Palacios, ambos hablan de sus preferencias sexuales, mientras se trasladan en el vehículo oficial de Ferro. También conversan sobre cómo ocultaban estas de su círculo cercano y de cómo se habrían conocido en un evento en Quetame, Cundinamarca.

Igualmente, hacen referencias a la Escuela de la Policía y en varias oportunidades Palacios se refiere a Ferro como “doctor”.

Este video hace parte del material probatorio que presentó la Procuraduría General de la Nación para abrirle una investigación al exdirector de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino. Esto le costó al oficial el puesto.

Además, Ferro también se vio obligado a renunciar debido a la gravedad de las acusaciones. Asimismo, la periodista Vicky Dávila salió de la dirección de La F.M. por la publicación de este video.

Dávila aseguró días después de su salida, que un juzgado de justicia penal militar la citó para que testificara en los procesos que se adelanta contra varios uniformados de la Policía, por los casos denunciados en la emisora de la supuesta red de prostitución y las interceptaciones a periodistas.

*La Opinión