Entre los mejores recuerdos que le quedarán grabados para siempre al hermano de Maribel Parra Acevedo, quien murió en un inusual accidente, están los momentos de alegría, la entrega y dedicación que la caracterizó a ella con sus hijos y su familia.

“Puedo estar satisfecho de que disfruté todo el tiempo con mi hermana. Salimos, gozamos, reímos, lloramos y siempre estuve con ella”, recordó el familiar, mientras esperaba la orden para reclamar el cadáver de su ser querido en Pamplona.

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Maribel Parra murió, al parecer, en medio de un deslizamiento de piedras cuando iba por un camino real que la conducía hacia la finca donde vivía, en la vereda La Palmita de Pamplonita.

Según se conoció, una de las piedras que se desprendió de la zona montañosa, producto de las constantes lluvias, la golpeó en la cabeza, causándole la muerte de forma instantánea.

El hecho se produjo antes de las 8:00 de la mañana del domingo. El cuerpo quedó entre la zona boscosa, hasta que un tío, que transitaba por el lugar, se percató del deslizamiento y cuando buscó en las inmediaciones, halló el cadáver de su familiar.

“Mi tío quedó en shock cuando la vio y de inmediato corrió a avisarnos y ahí llegamos todos al sitio y la encontramos”, recordó el hermano.

Los familiares reportaron el suceso a la Alcaldía de Pamplonita y, posteriormente, la Inspección de Policía se encargó del levantamiento del cadáver que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, en Pamplona.

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Los momentos previos

Según la familia, Maribel Parra trabajó hasta el sábado en la vía Cúcuta- Pamplona como controladora vial, por lo que ese día tuvo una reunión con sus compañeros de labores, en la que compartieron algunos tragos.

Sin embargo, ella pasó la noche del sábado en la casa de una de sus excompañeras y decidió ir el domingo desde muy temprano al sector El Diamante, para hacer unas diligencias, según explicaron los allegados.

A las 7:00 de la mañana, Maribel Parra Acevedo, de 37 años, mamá de dos hijos de 8 y 14 años, emprendió el camino por la zona montañosa hacia la finca, ubicada en el kilómetro 89 de la vereda La Palmita.

En ese momento, ocurrió el hecho que hoy mantiene a los dolientes invadidos de tristeza y desconsuelo por la lamentable e inesperada pérdida.

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“Hace un año también se murió mi papá y ahora la muerte de mi hermana. Son momentos difíciles y dolorosos”, recordó el hermano.

Algunas personas que conocieron a Maribel Parra aseguraron que era servicial, amable y trabajadora.