El sábado hacia las 10:30 de la noche se empezaron a escuchar disparos al interior de la penitenciaría de Cúcuta, coincidiendo con lo que ocurría en otras cárceles del país, donde los presos estaban amotinados.

Los internos de este presidio de la zona de frontera se unían a lo que parecía un hecho coordinado de ribete nacional, que el Gobierno mediante la Ministra de Justicia, Margarita Cabello, no dudó en calificarlo como un intento masivo de fuga que dejó a 23 reclusos muertos y 83 heridos tan solo en la Modelo de Bogotá, así como 7 guardianes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) heridos, dos de ellos de gravedad.

En Cúcuta

En la cárcel de Cúcuta, la alarma se prendió tras varias explosiones que se oían y hacían presagiar lo peor. Por eso, a primera hora de ayer, los familiares de los internos llegaron hasta la cárcel para conocer sobre la suerte de los suyos. 

Las voces que se escucharon desde el interior, mediante mensajes de voz y videos, daban cuenta de que los amotinamientos se estaban generando porque no contaban con medidas sanitarias que los protegieran de la pandemia del coronavirus, que padece el país y el mundo.

Así mismo, los familiares fueron portavoces de las difíciles condiciones de hacinamiento que viven los reclusos.

“Están recibiendo alimentos en mal estado, sufren mal trato por parte del personal de guardia y hay restricción en las visitas”, dijo una mujer, quien esperaba noticias sobre su ser querido. 

El desespero de los reclusos de la zona norte del penal los llevó a lograr llegar a la terraza de la edificación, donde gritaban consignas. 

Hacia las 10 de la mañana de ayer, fue necesaria la intervención del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía, para contener lo que al parecer fue un segundo intento de fuga por la parte posterior del reclusorio que da hacia el río Pamplonita, según se conoció. 

A esa hora, un interno confirmó que en la terraza del edificio permanecían al menos 150 personas, pero que la protesta era generalizada y en ella participaban más de 2.000 internos de diferentes patios, reclamando la presencia de la Defensoría del Pueblo y organismos de derechos humanos.  

Los familiares

Decenas de madres, hermanas, hijas y esposas de los internos se aglutinaron alrededor de la glorieta de la cárcel, pidiendo con desespero noticias de sus seres queridos.

“Lo que sabemos es  (los presos) que se alzaron por no contar con tapabocas, gel antibacterial, no hay alcohol, no cuentan con médico, la comida les está llegando dañada y el miedo que ellos tienen es que personal del Inpec entra y sale sin ningún control exponiendo a toda la población reclusa”, dijo la esposa de un recluso.

El coronel José Luis Palomino López, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), aseguró que “Los internos de al menos 8 patios trataron de romper una pared y ahí fue necesario la intervención del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad). Supimos que iban a salir por un callejón a través de un pasa mano, por eso intervinimos”.

Según el reporte del comandante de la Mecuc, un recluso fue lesionado en un glúteo y tres personas habrían tenido lesiones no graves. 

Este medio pudo conocer que los disturbios fueron en los patios de la zona norte de la cárcel de Cúcuta y la situación fue compleja en los patios 9, 10, 11 y 12.