Esa es una de las historias que se han conocido en el Palacio de Justicia, en la jornada de atención a víctimas del Epl.
Con 20 vacas pagué mi liberación: Exsecuestrado

Hoy termina la jornada de atención a víctimas de la guerrilla (y sus reductos) del Epl, en el Palacio de Justicia de Cúcuta, que busca reconocer y reparar a las personas que fueron afectadas por hechos delictivos perpetrados por este grupo armado en Norte de Santander.
Durante la jornada, que cumple tres días, la Fiscalía ha escuchado diversas historias, especialmente las relacionadas con desplazamientos, secuestros, desaparecidos, extorsiones y asesinatos atribuidos a este grupo que se desmovilizó en 1991.
Muchos de los casos han sido revelados por primera vez, como el pago por la liberación de un secuestrado que viene siendo amortizado en cuotas de $20 millones, cada 4 meses, por parte de sus familiares en el municipio de Ábrego.
Dentro del grupo de personas afectadas también aparecen madres de los detectives del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), asesinados el 20 de abril de 2006 tras una emboscada hecha por el Epl cuando se desplazaban por el municipio de Hacarí. Este ataque dejó a 10 miembros de ese organismo muertos y 6 más del Ejército.
La fiscal Lisbeth Lorena Calderón indicó que tienen 25 personas, desmovilizadas del Epl, postuladas a un proceso de justicia, paz y reparación, como sucedió con las autodefensas, que deberán confesar frente a las víctimas cada uno de sus delitos y pedirles perdón. Luego, vendrán los juicios y sentencias.
Entre ellos se encuentran dos comandantes del frente Libardo Mora Toro, dos del Ramón Gilberto Barbosa y tres del Óscar William Calvo.
“Tenemos registradas unas 20 mil víctimas en todo el país (…). Se han confesado unos 600 hechos (…) de la disidencia, después de la desmovilización, cuando quedaron entre cinco y seis frentes muy fuertes en Antioquia, Urabá Antioqueño, Caldas, Risaralda, Santander y Norte de Santander”, indicó la funcionaria.
Muchos de los casos han sido revelados por primera vez para la Fiscalía, encargada de documentarlos hasta el 2011. (Foto: Juan Pablo Cohen / La Opinión)
La Opinión recogió algunas de estas historias.
Pago por cuotas
Un hombre, de 56 años, narró que lo secuestraron el 2 de abril de 1992, en su finca, en Ábrego, y su familia ha sido víctima de otros 5 plagios. Por la liberación del último están pagando a cuotas.
“Tenemos seis secuestros en la familia. Entre 1992 y 2004 hemos sufrido seis secuestros, uno del Eln y cinco del Epl (…) No se imagina lo endeudados que estamos en los bancos, porque nosotros somos campesinos que no tenemos dinero (…) Nos pusimos a trabajar para pagarle a la guerrilla (…) Por los seis secuestros hemos pagado unos $700 millones (…). El Epl no se ha acabado, se acaba primero uno”.
Su hijo era del DAS
La madre de uno de los investigadores del DAS muerto en la emboscada del Epl en 2006, fue de las primeras en llegar a la jornada y recodarle a los investigadores de la Fiscalía aquel episodio que no ha podido superar. La muerte de su hijo se dio en uno de los peores ataques de los que se tenga memoria en Norte de Santander, atribuido a esta organización.
“Me le quitaron la vida a mi hijo y se acabó todo. Se acabó la felicidad, las navidades, los cumpleaños (…) No me he podido recuperar, he aprendido a vivir con el dolor”, dice la mujer, hoy de 57 años.
Su hijo tenía 25 años cuando lo mataron.
Desplazado en tres ocasiones
José de la Rosa Ortiz García ha sido desplazado en tres ocasiones por el Eln, las autodefensas y finalmente por el Epl.
En 1982 el Eln lo desplazó junto con su familia de una finca, herencia de sus padres, en Ocaña. Enseguida, se trasladó a Santa Marta, donde fue amenazado por las autodefensas tras ser señalado de colaborar para la guerrilla.
Así tuvo que regresar a Norte de Santander, pero en 2001 fue nuevamente desplazado por el Epl en el corregimiento de San Martín de Loba (Sardinata) donde tenía una parcela.
“Era un fin de semana y salí para el pueblo. De regreso tenía que pasar por un campamento del Epl y allí me detuvieron y me dijeron que no podía seguir o no respondían. Les entregué el mercado que llevaba y me vine para Cúcuta con lo que tenía puesto. Esa casa se quedó sola (…)”, cuenta José de la Rosa.
En Cúcuta, lo ayudaron algunos familiares y se acomodó en el solar de una casa de parientes en el barrio Camilo Daza. “Duré casi dos meses con una sola comida diaria; desde entonces me fui a quemar carbón”.
Mataron a su padre
La hija de Policarpo Caicedo, asesinado el 21 de agosto de 1993, en el corregimiento de Puerto Villamizar (Cúcuta), señaló al Epl como responsable, lo que conllevó al posterior desplazamiento y desintegración de su familia.
“Por un enfrentamiento, mi papá fue señalado por el Epl como informante del Ejército. Por eso tuvo que salir solo de Puerto Villamizar. Sin embargo, él nos visitaba a mi mamá y a mi hermano, con cierta frecuencia, hasta que un día lo encontraron cuando se estaba bañando en una quebrada, y lo mataron”.
Después de vivir 13 años en Puerto Villamizar, la mujer señala que tras la muerte de su padre se vieron obligados a desplazarse a Cúcuta y ante la falta de recursos, ella y su hermano tuvieron que vivir con diferentes tíos, mientras que a su madre le tocó trabajar en casas de familia.
Dentro del grupo de personas afectadas también se han acercado madres de los detectives del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), asesinados el 20 de abril de 2006. (Foto: Juan Pablo Cohen / La Opinión)
Fui secuestrado
José del Carmen Cárdenas asegura que fue secuestrado por el Epl, en el corregimiento de Puerto Villamizar (Cúcuta), en 1999. Por su liberación tuvo que entregar 20 vacas lecheras, viéndose obligado a abandonar y vender su finca de 25 hectáreas en $30 millones.
“A mí me venían extorsionando desde tiempo atrás. El día que me secuestraron no me soltaron hasta que no entregamos el ganado (…) En la noche, llegaron a la casa nuevamente porque querían más dinero, entonces tomamos la decisión de irnos al siguiente día”, recuerda José del Carmen.
Con las ilusiones por el piso, salió rumbo a Cúcuta con su esposa y sus dos hijos menores de edad.
“Al llegar, repartimos los niños en casas de unas tías mientras solucionábamos la situación (…) el capital se fue acabando, la vida en la ciudad fue más costosa. Nunca volvimos para allá”, agregó.
Asesinados papá e hija
Una familiar de Rosa Rodríguez, asesinada el 7 de marzo de 1991 en el corregimiento de Astilleros, responsabilizó al Epl como el autor del homicidio, así como de la muerte de Luis Francisco Rodríguez, padre de Rosa, ocurrido días después en El Zulia.
“El día que mataron a Rosa, el papá salió herido, pero después lo buscaron y también lo mataron (…) Ellos vivían en El Zulia. Luis trabajaba con la venta de carros y dejó como 7 hijos. Eso se dejó quieto por temor”, señala.
La mujer busca aclarar por qué el crimen de Rosa no aparece reportado por las autoridades, razón por la cual no han obtenido el acta de defunción.
Se metieron a su finca
Félix María Vargas cuenta que tuvo que desplazarse con su familia de su finca en la vereda El Guamo (Sardinata) en vista de que miembros del Epl llegaban a hospedarse y a comer allí. La decisión de salir corriendo con su esposa y sus tres hijos la tomó antes de que fuera tildado como auxiliador de esa guerrilla.
“Era un terreno muy bello donde corría una quebrada, había árboles frutales y tenía una hermosa vista. Pero los guerrilleros fueron llegando, tendían hamacas y hacían comida (…) Lo más terrible era que estaban de 2 a 3 días y a mis hijos les daban comida y no teníamos manera de no recibirles”, señaló Félix María.
Este campesino agregó que la casa era una herencia de sus padres, donde vivió con su esposa por 6 años; ella estaba embarazada de su tercer hijo cuando tuvieron que salir sin mirar atrás.
Hoy viven en una vereda de Bucarasica y suma 8 hijos.
Un desaparecido
Familiares de Mariano Botello Pardo indicaron que en 1999 él desapareció en Sardinata y hasta hoy no han tenido una sola noticia de su paradero.
Por eso, le pidieron a la Fiscalía que investigue a los grupos armados que hacían presencia para la fecha en la región, entre ellos el Epl, y así tener una respuesta sobre su suerte.
La Opinión
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