Las aberraciones sexuales que soportó una de las víctimas de Alberto Samuel Galvis Galvis, señalado por las autoridades como 'El Monstruo de la Montaña', cambiaron su vida y ahora solo pide que pague por lo que hizo en la cárcel.

“No soy capaz de dormir. Sueño con ese hombre haciéndome cosas. Tiene que responder”, dijo la mujer, mientras ocultaba su rostro.

Como ella, hay al menos 23 mujeres más que denunciaron a Galvis, de 46 años, señalándolo como un violador que las intimidaba con un arma de fuego para que accedieran a sus pretensiones.

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Uniformados de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía de Norte de Santander lo capturaron en el barrio Las Margaritas de Pamplona, después de cuatro años de investigaciones.

Tras analizar cada uno de los casos, se dieron cuenta que todos tenían relación y en algunas oportunidades eran dos hombres los que agredían sexualmente a las víctimas. 

Las denunciantes indicaron que se identificaban como guardabosques o guerrillero y luego de amedrentar a las mujeres con las armas, les decían que tenían que llevarlas a una zona boscosa para interrogarlas. 

Casi todas las víctimas no sobrepasaban los 30 años.

Durante ocho años

Las investigaciones permitieron conocer que Galvis, quien trabajaba como empleado de servicios generales en la Universidad de Pamplona, agredió a sus víctimas durante ocho años, aprovechando las reuniones de las mujeres con su grupo de amigos en el sector conocido como Sendero Ecológico del centro educativo.

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“Llegaba encapuchado y con un arma intimidaba a las víctimas. A los hombres los amarraba de pies y manos mientras llevaba a las mujeres hacia la montaña donde las violaba y las robaba. Al menos ocho mujeres lo señalaron directamente como el autor de estos hechos.”, dijo una fuente judicial cercana al caso.

“El común denominador de las agredidas es que son estudiantes universitarias.  Las víctimas no le contaban a sus amigos lo que ocurría en la montaña por pena y miedo, porque las amenazaba de muerte. Preferían decir que solo las había robado”, agregó la fuente.

Según se conoció, desde el lugar donde vivía el agresor podía observar los puntos de reunión de sus víctimas para planear y cometer los hechos.

Las autoridades aseguraron que Galvis es un violador en serie, por lo que se presume que existan más mujeres afectadas. 

Este hombre deberá responder por acceso carnal violento y acto sexual violento. Además, de hurto calificado agravado. Un juez lo envió a la cárcel.