La operación fue sigilosa. La tranquilidad de la madrugada fue aprovechada por los uniformados de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía, para llegar hasta una casa sin lujos, ubicada en el barrio Las Américas, donde se escondía el mayor traficante de armas al servicio del Clan del Golfo, la disidencia del Ejército Popular de Liberación (Los Pelusos) y del Ejército de Liberación Nacional (Eln).

Cae en Cúcuta el ‘Señor de la guerra’, proveedor de armas

Gelacio Herrera Nemerayema, de 52 años, llegó a ser conocido como el Señor de la Guerra, por su amplia capacidad para traficar armas desde Estados Unidos, Centroamérica y Venezuela, hasta las montañas del Catatumbo, donde confluyen los tres grupos armados.

Los uniformados sabían que no podían fallar en el más mínimo detalle para capturarlo. En el último intento por atraparlo, en el edificio donde vivía, El Indio, como también llamaban a Gelacio, prefirió saltar desde un tercer piso y huir de la redada de la Policía, antes que dejarse poner las esposas.

Y, peor aún, en la primera oportunidad que fue capturado y posteriormente trasladado a una cárcel, también se fugó sin dejar ningún rastro en el centro de reclusión.

El operativo

Por eso, cuando los policías llegaron a la casa se aseguraron de capturarlo y treparon hasta el segundo piso por una escalera, mientras que los demás esperaban atentos en la calle, rodeando la vivienda, a la espera de cualquier movimiento extraño. Pero, todo salió como esperaban: Herrera estaba durmiendo, por lo que la detención fue un hecho.

Sin embargo, Herrera, de estatura baja, un poco barrigón y de piel morena, intentó evadir a la Policía mostrando una cédula de ciudadanía falsa. 

Según las autoridades, este hombre proveía a los grupos alzados en armas de fusiles de precisión de diversos calibres, ametralladoras, lanzacohetes M72, así como uniformes de uso privativo de las Fuerzas Militares, equipos de campaña y elementos de primeros auxilios, entre otros.

Amenazado

Las autoridades conocieron que el Señor de la Guerra pretendía huir hacia Venezuela, amenazado por el Eln, luego de quedarle mal a la guerrilla en uno de estos negocios.

La Policía aseguró que Herrera estaría buscando contactos entre el cabecilla de Los Pelusos, conocido como Pepe, y el segundo cabecilla del Clan del Golfo, Nicolás, para fortalecer las ventas de armamento.