La idea de Manuel Alejandro Isarra Sierra, de 19 años, y de su compañero de aventuras (un menor de edad que hoy cumple los 18 años) era sencilla. Llegar, bajarse de la moto (una Suzuki GN 125 de placas venezolanas), sacar la pistola (Glock), robar a las personas que se encontraran en la tienda y la carnicería, y luego huir a toda velocidad.

Pero nada salió como esperaban. Efectivamente llegaron y robaron cerca de un millón de pesos, un anillo de oro y un celular de alta gama, el problema fue que uno de los hombres que estaba en la tienda opuso resistencia, por lo que uno de ellos tuvo que disparar, y aunque no hirió a nadie, esto sí llamo la atención de los vecinos, incluyendo la de los uniformados de la policía que a esa hora patrullaban en sus motos por el lugar.

(Uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta ingresaron a la vivienda, donde capturaron a los dos ladrones y otro sospechoso.)

Desde la avenida 16 con calle 3 (barrio Carora) -donde ejecutaron su ingenioso plan-, los ladrones alcanzaron a huir hasta la calle 4 con transversal 17 (barrio Loma de Bolívar), es decir, apenas una cuadra.

Allí, víctimas de la presión de las autoridades que los superaban en número y armamento, Isarra, que ya tenía antecedentes por hurto, y su compañero, decidieron entrar a una vivienda - exactamente a un segundo piso- donde pretendían esconderse o tal vez huir por la parte de atrás.

Minutos después, las autoridades entraron a la casa, sacaron a los jóvenes y a otro sospechoso. Afuera, la comunidad divida peleaba y lanzaba insultos, unos en contra de los ladrones y otros en contra de las autoridades porque los habían capturado.

En la vivienda, los uniformados encontraron los objetos robados y decomisaron el arma, un provedor con 17 balas y la motocicleta.