A poca distancia del puesto de Policía del barrio Viejo Escobal ocurrió un nuevo crimen, horas después de que fueron asesinados un adulto y un menor de edad, debajo del puente Francisco de Paula Santander. La situación tiene alarmada a la comunidad por la falta de reacción policial y de continuos patrullajes. 

Según los pobladores, este último caso fue perpetrado también por encapuchados, los mismos que se ‘pasean’ armados por la frontera cobrando extorsiones a quien se mueva en el negocio del contrabando, dicen.

En  la mañana del domingo, las autoridades fueron informadas sobre el hallazgo de este cuerpo por parte de un contrabandista que pasaba por una trocha del sector La Isla, a la orilla del río Táchira, y quien también alcanzó a observar a unos 16 encapuchados cuando se retiraban de la escena.

La víctima, de tez morena, presentaba varios impactos de bala, uno de estos en la cabeza y otro al lado del abdomen. Hasta el cierre de esta edición, el occiso (que vestía bluyín, camiseta y tenis negros),  estaba sin identificar. 

Unidades del Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) llegaron hasta El Escobal. Los policías rompieron las cerraduras de una finca para poder acceder hasta la escena criminal e impidieron el cubrimiento periodístico.

El cuerpo fue trasladado a la morgue del Instituto de Medicina Legal, donde se espera confirmar la plena identidad y son esperados los parientes que puedan ampliar detalles sobre este hombre.

Puente

El doble asesinato fue cometido el pasado sábado en pleno día debajo del puente internacional Francisco de Paula Santander que une a Colombia y Venezuela, al parecer por 10 hombres encapuchados que vestían de negro con brazaletes del Eln y portaban fusiles, según el relato de un testigo.

Las víctimas fueron identificadas como José Colina, de 36 años, natural de Puerto Cabello, y Abraham López Quiroz, de 15, proveniente del estado venezolano de Miranda, quienes trabajaban como ‘carretilleros’ pasando mercancías hacia uno y otro lado de la frontera.

“Estaban todos vestidos de negro, llevaban un brazalete con las letras Eln y capuchas, y llevaban tres o cuatro días escondidos en el monte”, dijo el testigo.