Por ahora, la principal hipótesis que conocen las autoridades sobre el homicidio del escolta Delfín Acosta Guerrero, es que presuntamente se opuso a un intento de atraco. Sin embargo, los investigadores judiciales adelantan las pesquisas para esclarecer el hecho.

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El crimen ocurrió este miércoles a las 7:40 de la mañana, en la avenida 9 con calle 4 del barrio Carora. Los comerciantes del sector fueron sorprendidos por el hecho de sangre, cuando todavía no se iniciaban las labores diarias en el sector.

Según se conoció, dos desconocidos que se movilizaban en dos motocicletas, una Yamaha RX-115 roja y una Empire Owen venezolana, vendrían persiguiendo a la víctima, quien también iba en una moto Yamaha BWS colombiana, placa AOX-99E.

Luego de que le cerraran el paso, el escolta fue interceptado y obligado a detener su marcha.

Cuando Acosta Guerrero se detuvo, uno de los pistoleros se bajó de la moto, se le acercó y supuestamente lo requisó para robarlo. Ante lo cual, la víctima habría puesto resistencia e intentó sacar su pistola marca Jericho, lo que generó que el homicida le disparara en la cabeza, causándole la muerte de manera inmediata.

Los pistoleros huyeron de la escena del crimen, mientras que Delfín cayó al piso muerto, con el casco de protección puesto, junto a su motocicleta.

Los testigos de inmediato alertaron a uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta, quienes arribaron al lugar para verificar lo ocurrido y tratar de establecer las características de los agresores.

Miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho), adelantaron las primeras pesquisas y el levantamiento del cadáver, que fue trasladado a la morgue del Instituto de Medicina Legal.

¿Quién era?

Acosta, de 43 años, trabajaba en una empresa contratista de la Unidad Nacional de Protección (UNP). 

Según se conoció, el lunes contrataron sus servicios como escolta de una mujer, representante del gremio de pimpineros, en reemplazo de uno de sus compañeros. Cuando lo mataron iba hacia su lugar de trabajo.