Un solo disparo en la cabeza acabó con la vida del patrullero de la Policía Javier Silva Contreras, quien disfrutaba de sus vacaciones en Villeta (Cundinamarca).

El homicidio ocurrió la tarde del lunes, en la vereda Río Dulce, ubicada en la vía Panamericana, entre Sasaima y Villeta.

El patrullero, natural de Bochalema (Norte de Santander), se movilizaba en una camioneta marca Toyota Fortuner, brindando un servicio de escolta a un comerciante que pretendía comprar dólares a bajo precio en esa zona del país.

Silva llevaba al menos 70 millones de pesos. De repente, fue interceptado por un grupo de desconocidos que al parecer intentaron robarle el dinero; tras un intercambio de disparos, el policía murió. Uno de los pistoleros resultó herido.

Según se conoció, Silva Contreras había dejado a dos uniformados que lo acompañaban en un lugar cercano, antes de que ocurriera el crimen.

El patrullero, con 10 años de servicio en la institución, actualmente estaba adscrito a la compañía Antinarcóticos, en Cúcuta.

El uniformado hizo parte de un grupo especial de investigación que lideró la operación Bolívar, que se desarrolló en noviembre de 2015, y en la que se logró la captura de 31 personas, entre estas 16 policías, tres empleados del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), 10 civiles y la inspectora de Policía de El Zulia, señaladas de pertenecer a una red dedicada al contrabando en Cúcuta.

Los detenidos fueron relacionados por las autoridades en ese momento con las estructuras de contrabandistas conocidas como ‘Los Wichos’ y ‘Los Grillos’, que en las noches movilizaban caravanas de camiones 350 y cisterna cargados de gasolina, ACPM, ganado, aceite de palma, alimentos e insumos agrícolas, con destino a Cúcuta, Ocaña, la Costa Atlántica y Medellín.

El patrullero Silva, según trascendió, se infiltró en esta red y contribuyó a la captura de estas personas.

Las autoridades adelantan las investigaciones para esclarecer el crimen del uniformado e identificar a los autores materiales e intelectuales del hecho que enlutó a una familia nortesantandereana.

*La Opinión