Del 23 al 27 de mayo se conmemoró la Semana de la Desaparición Forzada en Norte de Santander, cuyo ejemplo más claro y reciente es Henry Pérez, líder del corregimiento de La Gabarra (Tibú), quien parece habérselo tragado la tierra, desde el pasado 26 de enero.

Pérez ingresó a la lamentable lista de los 4.001 casos de desaparecidos en los últimos 40 años en el departamento (hasta el 2 de febrero de 2016),  que calcula la Red Departamental de Defensores de Derechos Humanos.

(Enrique Pertuz Ariza, coordinador general Red Departamental de Defensores de Derechos Humanos.)

Enrique Pertuz Ariza, coordinador general de esta red, asegura que de esta monumental cifra aún continúan desaparecidos 2.501 hombres, 509 mujeres (3.010 en total), aparecieron vivos 404 hombres, 417 mujeres (821 en total) y fueron hallados muertos 149 hombres y 21 mujeres (170 en total).

De estos hechos -dice Pertuz- 600 corresponden a la desaparición forzada de hombres y 66 de mujeres. En el resto de casos, solo desaparecieron o las autoridades no cuentan con información precisa.

Desde el viernes pasado y por estos días, los habitantes de La Gabarra y de Tibú organizan misas y hacen oraciones colectivas para que, después de cuatro meses, el Gobierno y las autoridades locales no olviden a Henry, a quien lo siguen esperando la comunidad y sus familiares y hacen oídos sordos a todo tipo de especulaciones sobre la suerte que pudiera haber corrido.

Sin cadáver, no hay muerto dicen las autoridades. Pero, tampoco hay búsqueda, como manifiestan líderes de la región, quienes sugieren que, en igualdad de condiciones, el Ejército y la Policía desplieguen intensos operativos de búsqueda como ha sucedido con los dos periodistas y el camarógrafo de RCN y El Tiempo, secuestrados por el Eln la pasada semana.

Líder

Pérez es un líder que se hizo a pulso en una de las regiones más convulsionadas del país y que sobrevivió al azote de todos los actores armados que se han paseado impunemente por La Gabarra, en los últimos 20 años.

Pero, todo parece indicar que se convirtió en una persona “incómoda” y una “piedra en el zapato” para algún grupo armado de la región donde hacen presencia las Farc, Eln y disidencias del Epl, conocidos como los Peludos, además de bandas criminales.

Desde la presidencia de Asojuntas de La Gabarra y luego desde Asoprocat (Asociación de Productores del Catatumbo), Henry siempre estuvo tras la consecución de un solo fin: lograr la restitución de los cultivos ilícitos en El Catatumbo.

“Él buscaba que los campesinos de la región sustituyeran los cultivos de coca por otros productos, como la piña, pero se encontró con una oposición muy fuerte por parte de la guerrilla del Eln, que insiste en sembrar en la zona”, aseguró una de fuente de la región.

Pero, como el Eln negó, en un escueto comunicado, tener algún tipo de relación con lo sucedido, quedan en la mira los otros dos grupos armados. Por un lado, los  Peludos, que desde hace tiempo han intentado ganar terreno en Tibú y, más exactamente, en La Gabarra, y del otro, las Farc que han hecho presencia histórica.

Impunidad

Las estadísticas de la red departamental de defensores, recaudadas de diferentes fuentes como la Policía Metropolitana y de Norte de Santander, Medicina Legal (desiguales entre estas instituciones), Policía Internacional (Interpol), Centro de Memoria Histórica, logran unificar que hasta febrero del presente año en los municipios donde más se han presentado desapariciones forzadas en los últimos 40 años son:  Cúcuta (1.534 casos) seguido de Tibú (742), Villa del Rosario (144), El Tarra (85) y Ocaña (97).

“La impunidad es escandalosa, de los 28.000 procesos que lleva la Fiscalía solo hay 35 sentencias ejecutoriadas por desaparición forzada (…) En Justicia y Paz (a nivel nacional) se han confesado casi 3.500 casos de desaparición forzada y se han exhumado 4.000 fosas con más de 5.000 cadáveres”, señala Pertuz Ariza.

Entre los municipios que entraron a hacer parte de la lista de desapariciones forzadas -agrega- se encuentran El Carmen, La Esperanza, Sardinata, Villacaro, Labateca y Toledo.

Cierto o no, la única certeza que existe por ahora en La Gabarra es que a Henry lo desaparecieron por su trabajo, por lo que decía, por lo que hacía.

“El trabajo de los que de alguna manera ejercemos algún tipo de liderazgo en esta zona se ha vuelto peligroso. Para reunirnos casi que nos toca a escondidas porque los grupos que hacen presencia aquí se fastidian por todo. Creen que uno está conspirando en contra de ellos o que los va a denunciar”, señaló otro líder de la región.

¿Qué es la desaparición forzada?

La desaparición forzada es la privación de la libertad de una o varias personas mediante cualquier forma (aprehensión, detención o secuestro), seguida de su ocultamiento, o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de dar cualquier información sobre la suerte o el paradero de esa persona, privándola así de los recursos y las garantías legales.

La desaparición forzada constituye una violación de los Derechos Humanos cuando los hechos son cometidos por el Estado a través de sus agentes o de personas o grupos de personas que actúen con la autorización o apoyo del Estado.

La desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad cuando, entre otras características, los hechos se cometan de manera generalizada (multiplicidad de víctimas) o sistemática (como parte de una práctica frecuente).

La Opinión