Un juzgado especializado de Cúcuta condenó a 10.6 años de prisión a Rafael Morales Gaitán, luego de que aceptara haber transportado 57 kilos y 400 gramos de clorhidrato de cocaína en un camioneta Toyota Fortuner.

Morales Gaitán llegó a un preacuerdo con la Fiscalía que consistió en aceptar los cargos por fabricación, tráfico y porte de estupefacientes agravado a cambio de degradar su participación de autor a cómplice, lo cual le representó un descuento en la pena.

Este hombre fue detenido el 23 de noviembre de 2017, cuando se desplazaba por la carretera que conduce a la vereda Culebritas de Guamalito (Norte de Santander) con destino a Santa Marta, cuando fue interceptado en un puesto de control por uniformados de la Policía y del Ejército.

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Unas adaptaciones extrañas que tenía el automotor despertaron la sospecha de las autoridades que decidieron efectuar una rigurosa inspección al vehículo, hallando la droga.

Los paquetes de cocaína estaban marcados con las letras Tmt y la frase The Money Team. 

Luego de ser escuchado en audiencia, un juez de garantías envió a la cárcel a Morales Gaitán, de 50 años, natural del municipio de Macanal (Boyacá), mientras avanzaba el proceso en su contra.  

Destino 

“La droga tendría como destino Santa Marta, donde sería vendida en pequeñas cantidades. El Ejército y la Policía continúan fortaleciendo los controles en el departamento para contrarrestar el narcotráfico. Por ahora, se desconoce la procedencia del estupefaciente”, señaló entonces el boletín oficial.

El Juzgado condenó además a Morales Gaitán a pagar una multa de 1.334 salarios mínimos legales mensuales vigentes a favor del Estado.

“El material probatorio es suficiente para demostrar, más allá de toda duda razonable, la conducta desplegada por el acusado (…) y lo admitió de manera libre,  consciente y voluntaria al aceptar su responsabilidad en la comisión del delito como consta en el preacuerdo”, señaló el juzgado en su decisión.

Al término de la diligencia, el condenado fue llevado por los guardias del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) a la cárcel, donde deberá purgar la pena impuesta.

Por tratarse de un preacuerdo, tanto la procedencia como el destino de la droga no fueron materia de debate probatorio.