Harry Kane apareció cuando Inglaterra más lo precisaba. Anotó dos goles, el segundo en el descuento, y llevó a su selección a debutar en el Grupo G del Mundial de Rusia-2018 con un triunfo 2-1 sobre Túnez.
El goleador del Tottenham marcó su doblete a los 11 y 90+1 minutos en partido jugado en el estadio Volgograd Arena, en Volgogrado. Túnez había empatado de penal por medio de Ferjani Sassi a los 35 minutos.
“Estoy muy orgulloso de los chicos. Creo que jugamos realmente bien en la primera mitad, en la que podríamos haber marcado varios goles”, afirmó Kane.
Los ‘Pross’ llegaron a Rusia con uno de los mejores currículums del torneo, repleto de gestas conseguidas décadas atrás, aunque torturados por su pasado más reciente, sin opciones de pasar a octavos de final en el tercer partido de la fase de grupos en Brasil-2014 y expulsados de octavos de la Eurocopa de Francia-2016 por la sorpresiva Islandia.
El entrenador británico, Garteh Southgate, quiere curar las heridas del pasado con la confección de un equipo joven, con buenos pretorianos detrás y gacelas delante, destinando la parcela central a la lucha por los balones despedidos desde ambas áreas, descartada la creación pausada.
Con eso y sin la presión de remendar errores pasados, el equipo de los tres leones acorraló a Túnez, incapaces de cerrar sus bandas.
Por ahí llegaron las primeras ocasiones antes de los cinco minutos. Habilitación de Henderson a la espalda de la defensa para aprovechar la velocidad de Delle Ali y Lingard, cuyos centros no supo definir Raheem Sterling.
La avalancha inglesa se alargó durante media hora, en la que hubo pocas noticias de Harry Kane, pero la estrella necesita bien poco para marcar las diferencias. Siempre bien colocado en el segundo poste, se limitó a cazar a los 11 minutos un rechace del portero tunecino en un córner para adelantar a los suyos.
Advertía Southgate antes del partido del buen manejo del balón y colocación de los africanos, temores infundados hasta que éstos lograron hilvanar su primera jugada.
El centro de Khazri acabó en penalti por un bloqueo de Walker, tan claro que el colegiado hizo de colegiado y lo señaló sin ayuda del VAR, noticia en este Mundial.
Nervios en Inglaterra
El empate, anotado desde los doce pasos por Sassi, y la falta de contundencia de los Pross animó a los hombres de Nabil Maaloul, que en la segunda mitad salieron con la intención de jugar el balón, gracias al animoso Khazri.
Los Pross volvieron entonces a ser la selección de antaño, repleta de prisas, balones colgados al área y conducciones largas, fácilmente defendidas por la defensa de Túnez, que con el transcurrir de los minutos se atornilló en la frontal de su área para defender el empate y a la espera de una contra que no se dio.
Sin ocasiones claras, el técnico inglés dio cuerda a Marcus Rashford y Loftus-Cheek, en sustitución del errático Sterling y de Dele Alli.
Pero ni la entrada de los jóvenes enmendó el juego inglés, que tuvo que recurrir a la tradición para ganar en el descuento (90+1).
Córner botado desde la izquierda, remate desviado de Maguire y el siempre oportuno Kane que apareció por el segundo palo para cabecear y desatar la locura en Inglaterra, dando la victoria en un debut que ya pintaba oscuro para los históricos mundialistas.