El estelar delantero Lionel Messi reafirmó el jueves su pertenencia a la selección de Argentina, al asegurar que siempre estará disponible, tras el triunfo 1-0 ante Uruguay y saltar al liderazgo de la clasificatoria sudamericana al Mundial Rusia-2018.

"Estoy agradecido a la gente por el trato, por el cariño. No engañé a nadie cuando dije lo que sentía (renuncia en junio). No podía no volver. Siempre voy a jugar. Me siento feliz", dijo al terminar el encuentro en Mendoza (oeste), por la séptima fecha. Un gol suyo a los 42 minutos selló la victoria.

Messi admitió que entró a la cancha con dolor en el pubis. Enseguida aclaró que quería "estar después del lío" que se generó cuando dijo que la Selección se había terminado para él después de perder a penales con Chile la final de la Copa América Centenario en Estados Unidos. El jueves, unas 40.000 personas corearon su nombre.

El 26 de junio, en Nueva Jersey, fue la imagen viva del dolor de una derrota y una desilusión cuando erró el primer penal de la serie con Chile. Antes había integrado las selecciones que cayeron en las finales del Mundial Brasil-2014 (ante Alemania) y la Copa América Chile-2015 (ante la Roja).

Consultado en rueda de prensa el DT Edgardo Bauza sobre la dolencia de Messi, respondió que "se va a seguir su evolución en las próximas 48 horas". "Si no está bien, no lo vamos a arriesgar (contra Venezuela, el martes, por la octava fecha). Entró dolorido y así salió. Pero lo pudo soportar por su coraje", dijo el 'Patón'.

"Sé lo que es padecer una pubalgia. Pero la personalidad de Messi hace que se quede en la cancha. Ahora hay que esperar que se desinflame la zona, con descanso y medicación", dijo Bauza.

Messi también se refirió a la expulsión de su compañero Paulo Dybala por doble amarilla. El delantero se quejó airadamente al árbitro chileno Julio Bascuñán.

"No es la primera vez que nos deja con 10 hombres. Siempre es difícil entrarle a Uruguay con dos líneas de cuatro. Pero con 10 no pudimos hacer el partido que queríamos", dijo el astro del FC Barcelona de España.

Argentina | AFP