El año pasado a un grupo de dirigentes del Fútbol Club Porto les llegó un video de un niño de ocho años que maravillaba con sus gambetas, con su exquisito control de balón y su brillante pegada.

No era un video como los que estaban acostumbrados a ver, de cientos de futbolistas que sueñan desde jóvenes con llegar al profesionalismo. No, este era especial.

En él se podía apreciar la menuda figura de un niño que driblaba a sus rivales con una facilidad innata, llevando el balón como si lo tuviera atado a su pie izquierdo y cambiando de ritmo cuando era necesario, como si fuera un experimentado futbolista con muchas horas previas de entrenamiento.

Desde luego, el corto videoclip sorprendió a los portugueses que de inmediato detectaron el talento natural que estaban observando y quisieron obtener más información del pequeño ‘crack’, así como conocer las posibilidades de invitarlo a formarse con las fuerzas básicas del equipo lusitano.

Se trataba de Manuel Waldo Carrero Contreras, un inquieto futbolista, el menor de tres hermanos, que, según dice, juega fútbol desde que tenía dos años de edad.

La invitación para viajar a Portugal llegó, y sus padres decidieron jugarse una carta por su pequeño y darle la oportunidad de mostrar sus destrezas con el balón en uno de los clubes más importantes del mundo, que ha sabido lanzar a la fama mundial a consagradas figuras del fútbol colombiano, como Radamel Falcao García, James Rodríguez, Freddy Guarín o Jackson Martínez, máximo goleador histórico del Porto.

De esta manera, Manuel, y su madre María Victoria Contreras, quien lo acompaña en cada viaje y a todos los entrenamientos; hicieron maletas y cruzaron el atlántico buscando perseguir el sueño de millones de niños alrededor del mundo: jugar para un club europeo.

Así llegaron hasta Oporto, la segunda ciudad más importante de Portugal después de Lisboa, y una de las que más tradición futbolera tiene en el Viejo Continente.

El Porto es uno de los tres clubes más importantes de Portugal, y uno de los habituales participantes de los campeonatos europeos como la Champions League o la Europa League.

Su estancia en Portugal duró un poco más de un mes, pero fue suficiente para que los directivos europeos terminaran de convencerse de lo que ya habían observado tiempo atrás en un video, querían quedarse con el cucuteño.

La historia de Manuel con el fútbol comenzó cuando tenía cinco años, jugando para la escuela de formación de Quinta Oriental, con quien triunfó en cada torneo que disputó.

Con Quinta Oriental marcó 11 goles en 5 partidos en un campeonato en Maracaibo (Venezuela), y desde entonces llamó la atención de propios y extraños, pues esos números no eran normales en un niño de su edad, que apenas empezaba a pulir su técnica y a fortalecerse físicamente.

“Cuando empezó a entrenar no quería quitarse una camisa de Messi. La llevaba a todos los entrenamientos y nunca se la quitaba. Además, como era tan bueno, los demás niños le decían Messi”, cuenta su mamá, mientras lo observa entrenar a un costado de la cancha. Actualmente Manuel se prepara para viajar por segunda vez a Portugal, y continuar con su plan de entrenamiento en Europa.

Por cosas del destino la joven promesa del fútbol nortesantandereano cambió de club, y llegó al Aston Villa, de Villa del Rosario; en donde siente que encontró su lugar.

Con nueve años de edad el ritmo de vida de Manuel es casi como el de un futbolista profesional. Tiene su día plenamente ocupado entre el colegio, las tareas y los entrenamientos.

De 7 de la mañana a 2 de la tarde estudia en el colegio Los Almendros, donde cursa tercer grado, y a las 4 de la tarde se pone el uniforme de su club y se va a entrenar, hasta después de las 6 que llega a su casa a revisar qué tarea tiene pendiente para el día siguiente.

Para él, el ritmo de vida es lo de menos, pues mientras sienta cerca su sueño de ser futbolista profesional los sacrificios van a ser quehaceres diarios.

A principio de año mostró su talento en el campeonato Asefal que se jugó en Barranquilla, y en donde llegó hasta los octavos de final con su club Aston Villa.

Como ya es costumbre en cada campeonato que juega, en el Asefal Manuel se convirtió en el referente a observar, en el talento que todos querían ir a ver a la cancha para disfrutar con sus gambetas, y con la factura de sus goles de media volea, de tiro libre o de larga distancia.

Fanático del FC Barcelona, en cada entrevista mostraba su admiración por los regates y la velocidad de Lionel Messi, y fue así como la prensa deportiva de la capital del Atlántico lo bautizó ‘El Messi de Asefal’.

Ahora, Manuel se entrena a doble jornada, con su club y con un entrenador personal; buscando llegar en buenas condiciones a Portugal el próximo mes de noviembre, cuando viajará de nuevo con su mamá para quedarse otro mes y retornar a Cúcuta para fin de año.

Aunque en Porto aseguran que Manuel Carrero llegará a profesional cuando cumpla 17 años, sus padres prefieren no adelantarse a los hechos y esperan que su hijo, más allá de alcanzar su sueño, disfrute el camino al éxito haciendo lo que más le gusta, jugar al fútbol.