Cuando faltaban tres horas para el inicio del juego, las puertas del estadio Roberto Meléndez, el Metropolitano de Barranquilla, se abrieron para recibir a los aficionados, los segundos invitados a la fiesta, porque el primero que llegó fue el sol, para empezar a jugar desde temprano en el duelo entre colombianos y peruanos. 

Poco a poco las tribunas del 'Metro' se fueron pintando de amarillo con la presencia de los aficionados que hicieron subir la temperatura, que hasta ese momento era de 33 grados centígrados, con sensación térmica de 42, un valor agregado para un duelo que viene con dos empates en menos de tres meses. 

El gramado se calentó como no lo hacía en los últimos días, la temperatura seguía en aumentó y el ambiente volvió a sentirse como hace dos años, como contra Bolivia, Paraguay, Uruguay o Chile, los juegos más eufóricos de la última Eliminatoria. 

Los abanicos tomaron protagonismo en las tribunas, las banderas sirvieron para amainar la temperatura y, aunque los grados subían en la medida en que el estadio se llenaba, la euforia se dio a dos horas del inicio del juego, cuando los héroes principales ingresaron al estadio. 

La Selección Colombia arribó para prender la fiesta futbolera, esa que los aficionados ya habían encendido una hora antes con su ingreso a las gradas y que el sol había iniciado mucho antes, para que el duelo entre colombianos y peruanos, a diferencia de los dos empates recientes, tuviera como invitado especial al entorno de la arenosa, un factor preponderante en la última Eliminatoria. 

Y en medio de la previa, Coldeportes Nacional aprovechó para cumplir con la primera estación de la antorcha con el fuego deportivo de los Juegos Nacionales 2015, con el ingreso al estadio de Helmut Bellingrodt, quien le cedió la antorcha a la doble medallista de bronce en dos ediciones diferentes de Juegos Olímpicos, la vallecaucana Jackeline Rentería, quien dio la vuelta olímpica con la llama deportiva. 

Así, con ambiente ciento por ciento deportivo, con una temperatura única de la arenosa, con 35 grados y una sensación térmica de 47 grados que se combinó con una humedad del 63 por ciento, ingredientes ideales para que la fiesta de la tricolor sea completa, algo que ahora queda en la piel de los jugadores y el once titular que disponga José Néstor Pékerman.