El Barcelona y el Liverpool dieron un paso hacia los octavos de final de la Liga de Campeones al conseguir este miércoles sus segundas victorias consecutivas en sus grupos, en una tercera jornada en la que el Chelsea se impuso en Ámsterdam y frenó así al Ajax, hasta ahora imparable en el gran torneo europeo.

Tanto Barça como Liverpool se impusieron como visitantes, en los terrenos del Slavia de Praga checo (2-1) y del Genk belga (4-1), aunque la situación de los catalanes es mejor en su llave, donde son líderes, mientras que el vigente campeón de Europa es todavía segundo, superado en un punto (7 contra 6) por el Nápoles italiano, que ganó este miércoles 3-2 en Austria al Salzburgo.

El Barcelona había comenzado este curso en el ‘Grupo de la Muerte’ (el F) del torneo con un empate en Dortmund, pero tras ganar al Inter de Milán en la anterior jornada suma ahora otros tres puntos que le dejan con 7 unidades.

El equipo de Ernesto Valverde supera así en tres puntos a Inter de Milán y Borussia Dortmund, que tienen 4 puntos cada uno y que se midieron ayer en la capital lombarda, con victoria italiana por 2-0. El Slavia de Praga es colista, con un punto.

El capitán azulgrana Leo Messi abrió pronto el marcador (3), pero Jan Boril igualó (49), antes de que Peter Olayinka hiciera el 1-2 con un tanto en propia puerta (56), dando tres puntos de oro al Barça.

Messi acumula ya tres partidos oficiales consecutivos marcando y se convirtió de paso en el primer jugador en marcar al menos un gol en quince Ligas de Campeones consecutivas.

“Nos ha tocado sufrir, vamos a ver cómo va el siguiente” partido, dijo Valverde.

“Nos ha faltado quizás un poco de tranquilidad en campo contrario para hacer todo más sencillo y que las ocasiones fueran más claras”, añadió.

En el otro partido del grupo, el Inter consiguió su primera victoria en esta Champions con su 2-0 en casa ante el Dortmund.

El argentino Lautaro Martínez guió a los ‘nerazzurri’ con su gol en el minuto 22. Luego falló un penal en el 82, pero ese error no tuvo consecuencias ya que su compañero Antonio Candreva firmó la sentencia definitiva en el 89, para aliviar la situación europea del equipo de Antonio Conte.