Pocos comprendieron como, en 2013, en la cúspide de su carrera y con varias ofertas de los clubes más exitosos del mundo, el delantero del momento, el colombiano Radamel Falcao García, decidió salir del Atlético de Madrid para un equipo que nunca había figurado en la élite del fútbol, el Mónaco de Francia.

Detrás del Tigre, que en su paso por el equipo madrileño fue considerado el mejor nueve del mundo tras anotar 70 goles en 91 partidos con los colchoneros, estaban equipos de la talla de Manchester United, Chelsea (en los que jugaría después) Real Madrid, Barcelona, entre otros. Pero fue el Mónaco, un equipo que acababa de ascender de la segunda división francesa el que lo cautivó.

Entonces ¿cómo uno de los mejores delanteros del mundo pasó del Atlético de Madrid a un equipo como el Mónaco? Tal parece que lo deportivo no fue lo único que influyó en su traspaso.

En una entrevista con CNN, el Tigre reveló que la clave para su llegada al principado, no solo fue el tema deportivo ni el económico -gana 638.000 dólares a la semana-, sino una reunión secreta con el príncipe Alberto de Mónaco.

Falcao contó que su visita al palacio del Príncipe, una residencia del siglo XII “fue única”.

“Ver que el respaldo no era sólo de la gente que manejó el club, sino también de la ciudad, hizo que la balanza se inclinara hacia que firmara por el Mónaco”, confesó el delantero.

El presidente ejecutivo del Mónaco, Vadim Vasilyev, fue quien facilitó la reunión entre Falcao y su esposa con el Príncipe, propietario de la tercera parte del club.

Luego del anuncio de la llegada de Falcao al Mónaco, Vasilyev explicó que “el mundo del fútbol explotó porque nadie lo vio venir” y con ello logró que “todos entendieran que el Mónaco había vuelto, que el Mónaco es ambicioso”, dijo en su momento el presidente del club.

Falcao llegó el 31 de mayo de 2013 al Mónaco por 63 millones de euros y un contrato a cinco años con un sueldo de catorce millones de euros por temporada, cifra que en su momento lo convirtió en el colombiano mejor pagado de la historia.

Ahora, en su segunda temporada con el conjunto monegasco, el Tigre vuelve a mostrarse con el mismo poderío que lo caracterizó unos años atrás. Volvió a su racha goleadora: 25 goles en 32 partidos con el equipo más anotador de Europa, es el líder de una camada de jóvenes que lo ven como ejemplo y tiene en sus hombros la responsabilidad de devolverle la gloria al equipo siete veces campeón de Francia.