La paciencia que pidieron el diputado venezolano José Manuel Olivares y el capitán Jean Carlos Marchena Castillo a los militares desertores de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y otras fuerzas que están en el área metropolitana de Cúcuta se empezó a desbaratar. 

Fue así como este sábado algunos de ellos se quejaron por la posible inminencia de su salida del hotel Villa Antigua (Villa del Rosario), donde se hospedan aproximadamente 200 de ellos.

Según reveló un grupo que se animó a hablar con los periodistas, hay preocupación porque dejaron sus carreras en el vecino país para apoyar al autoproclamado presidente Juan Guaidó, pero hasta el momento no han tenido mayor respuesta sobre su futuro y garantías en Colombia.

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Por eso reclamaron que se cumplan las promesas que, en su momento, les hicieron al salir de Venezuela: comunicación directa con Guaidó y ayuda para quienes aún tienen a los familiares allá, dado que varios de ellos eran la única base de sustento en sus hogares.

“Necesitamos salir a la calle a buscar trabajo para nuestras familias”; “que alguien haga presencia porque estamos olvidados aquí”, dijeron, mientras solicitaban que Guaidó conozca sus condiciones, pues sospechan que “a lo mejor él no está enterado de lo que está pasando con nosotros”.

Si bien reconocieron que en el hotel tienen comida garantizada y seguridad, reclamaron la misma “lealtad” que pusieron a disposición del diputado opositor al régimen venezolano.

Otro de los temores que manifestaron se refiere a que, al parecer, les indicaron que tenían entre tres y cuatro días para buscar para donde irse, en pequeños grupos, con $350.000 y un mapa de las comunas de Cúcuta, más una hoja que menciona los barrios en los que podrían buscar posada.

Esta situación fue preliminarmente desmentida por la Cancillería colombiana, entidad desde la que se explicó que los desertores venezolanos están en proceso de tránsito y serán conducidos a otros países y zonas del país, con redes de apoyo. 

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Si bien la tensa situación fue conocida por periodistas que ayer solicitaron respuestas, el capitán Jean Carlos Marchena Castillo aseveró que no había ningún inconveniente con los militares y catalogó de “mentira” la inquietud.

“Sí, estamos trabajando directamente con ellos”, dijo, en defensa de los diputados Gaby Arellano y Olivares. “Es mentira que no tengamos comunicación”.

Agregó que ACNUR, organización que está a cargo de ellos, “nos ha tratado muy bien”, y desmintió que el grupo hubiese recibido 20.000 dólares para desertar.

“Les hemos pedido paciencia a nuestras tropas”, afirmó Marchena Castillo, en coincidencia con Olivares.

Marchena Castillo, según consta en el portal web Efecto Cocuyo, en noviembre de 2016 fue capturado por la Guardia Nacional Bolivariana tras ser denunciado por extorsión, en un episodio en el que otros 11 efectivos también fueron detenidos por diversos delitos. 

Por su parte, el diputado Juan Manuel Olivares aseguró que dadas las circunstancias de los militares se está “construyendo” un estatus con el gobierno del presidente Iván Duque, “para resolver la estadía, la estabilidad y el estatus de confort y legalidad de las tropas en territorio colombiano, entendiendo que no están en una actividad bélica o armada” y “no hay un protocolo conocido ante una eventualidad como esta”. 

“Entendemos la ansiedad que tienen ellos”, comentó. “Pedirle paciencia a estos componentes armados en nombre del Guaidó, y garantizarles que estamos trabajando con el gobierno de Colombia y que en los próximos días tendremos soluciones parciales y definitivas a esta coyuntura que se da con los más de mil funcionarios que están en territorio nacional”, fue el mensaje del diputado opositor.