Bandas paramilitares como Los Rastrojos o Los Urabeños, que tradicionalmente han concentrado sus operaciones en los municipios de la franja fronteriza binacional, estarían ampliando su radio de operaciones hacia el corazón del estado Táchira, empujados en parte por la incursión de grupos guerrilleros, que vienen conquistando espacios en diversos municipios de la frontera venezolana.

Así se desprende de declaraciones ofrecidas a La Opinión por el Comisionado de Seguridad Ciudadana del estado Táchira coronel Ramón Cabeza, quien adelantó que según el análisis de inteligencia hecho con el cruce de información entre los diferentes cuerpos policiales de la entidad, al menos diez bandas delincuenciales estarían actuando asociadas a los grupos paramilitares fronterizos.

“La franja fronteriza está siendo objeto de penetración por bandas delictivas que se han autoparamilitarizado y al interior de la entidad captan a grupos de delincuentes que se asocian a ellos para cometer delitos como robos de vehículos, secuestros exprés, extorsión a cambio de poder obtener respeto y beneficios de lucro”, dijo.

Explicó que según el “hampograma” que han elaborado los cuerpos de seguridad del Táchira, hay toda una estructura delictiva, con un entramado complejo y estas bandas que son desarticuladas, luego vuelven a articularse y tienen vinculaciones delictivas con los grupos que operan en la zona de frontera.

“No descartamos que cualquiera de las bandas que han cometido secuestro exprés en el área metropolitana, y que los vehículos son trasladados hacia la frontera y luego llevados a territorio colombiano, así como la sistemática situación de extorsión que hemos venido detallando que se había suscitado hacia la zona norte en Colón, García de Hevia; e inclusive en los municipios de la propia zona metropolitana del Táchira, sabemos tienen tras los mandos de su estructura a estas organizaciones paramilitares, y en especial a Los Urabeños”, aseguró.

Según cabeza, un mismo jefe paramilitar tiene un número indeterminado de lugartenientes, encargados de vigilar áreas específicas de las actividades ilegales desarrolladas por la organización criminal. “Uno se encarga de las extorsiones, otro es el jefe del contrabando, otro organiza los secuestros exprés… son estructuras complicadas que ellos entraman y vinculan con bandas delictivas que operan en otros lugares para ampliar su territorio de acción”.

La guerrilla entra en escena

Otro fenómeno que estaría incidiendo para que líderes reconocidos de estos grupos paramilitares que tradicionalmente operan en frontera, estén actuando más recientemente hacia el interior de la entidad tachirense, sería la acción ejercida por grupos guerrilleros como las Autodefensas y el Eln, en los municipios fronterizos de la zona norte del estado Táchira.

Recientemente se reportaron enfrentamientos entre bandas delincuenciales y paramilitares en la franja fronteriza de los municipios Ayacucho García de Hevia, al norte del estado Táchira; la situación dio pie al desarrollo de un intenso operativo militar llamado “Operación Popa”, que del sector la popa del municipio Ayacucho se extendió a diversos municipios a lo largo de la frontera Colombia venezolana correspondiente al estado Táchira.

“Debemos recordar que en Colombia han ocurrido diversas situaciones a partir de que las Farc se desmovilizó y entró en el proceso de paz. Otros grupos armados han progresivamente ocupado esos espacios donde las Farc dejó de tener algún nivel de influencia, y lógicamente, algunos grupos asociados a las bandas paramilitares en Colombia, hicieron lo mismo y se produce una disputa por esos territorios”, explicó Cabeza al tiempo de asegurar que “las fuerzas militares colombianas han permitido que estos grupos armados vayan ocupando espacios para someter bajo control áreas para su lucro mediante actividades ilícitas como el tráfico de drogas, el cobro de vacuna y el contrabando de combustible, principalmente”.