Gabriel Peña se encuentra desde hace tres meses recluido en el hospital central de San Cristóbal; su tratamiento ha conllevado un gasto a los tres millones de bolívares, pues sufre de un tumor que ha requerido ya tres operaciones.

“Desde los guantes, hasta la sutura, la solución fisiológica, los antibióticos y los medicamentos especializados me ha tocado traerlos de afuera a unos precios exorbitantes, porque aquí en el Táchira no se consiguen; las cosas más comunes he tenido que buscarlas, en Barinas, Barquisimeto y Turmero; pero los medicamentos más importantes toca pasarlos como sea desde el exterior”, narró su padre, Miguel Peña, un sexagenario que con lágrimas en los ojos al reconoció que teme por la vida de su hijo.

Y  es que médicos, enfermeras, bioanalistas, camilleros y personal que labora en las instituciones de salud pública del estado Táchira, junto a familiares y enfermos, marcharon este lunes a lo largo de unos 4 kilómetros, desde el Hospital Central de San Cristóbal hasta la sede de la Corporación Regional de Salud, para exigir se permita la ayuda humanitaria internacional y así paliar la grave crisis de insumos y medicamentos que atraviesa el sector.

Vicente Franco, infectólogo pediatra del Hospital Central del Hospital Central de San Cristóbal ratificó que la situación de la salud en el Táchira y en toda Venezuela ha alcanzado niveles de “crisis humanitaria”, porque no se consigue “ningún tipo de medicamentos”.

“Estamos trabajando con las uñas”, aseguró al tiempo de comentar que desde noviembre de 2015 los médicos declararon el “cierre técnico del hospital” y que en los tiempos que corren, alcanza ya no sólo al principal centro asistencial de la región occidente de Venezuela, sino a todos los centros dispensadores de salud.

“Podemos decir con responsabilidad que hospitales como El Seguro Social y ambulatorios ya no cuentan con los recursos para atender a los pacientes; y los familiares, ni aún teniendo el dinero, encuentran lo necesario para devolverle la salud a sus dolientes”.

Dijo que en sus 25 años de ejercicio, jamás había vivido una situación tan deficitaria como la actual e hizo un llamado a la colectividad en general para que reclame su derecho a la salud, porque la situación es realmente alarmante.

“Vemos con preocupación que pese a que existen organismos y organizaciones como la iglesia católica, en capacidad de donar medicamentos e insumos al país, se le niega el ingreso a los mismos, condenando a muerte a muchos enfermos que requieren con urgencia tratamientos para continuar con vida”afirmó finalmente.