El proceso migratorio venezolano en Colombia no va a parar, afirman los expertos en el tema; sin embargo, aseguran que a esta avalancha de inmigrantes le sigue un proceso de ralentización del flujo, acompañado de la migración de reagrupación.

Este análisis fue hecho por William Mejía Ochoa, del grupo de Investigación de Movilidad Humana, de la Universidad Tecnológica de Pereira, en el séptimo encuentro Fronterizo para el Desarrollo Socioeconómico, organizado por la Universidad Simón Bolívar.

Explicó que, en principio, los flujos migratorios venezolanos mostraron una avanzada de gente joven, con mayor capacidad productiva, pero una vez este grupo se encuentre establecido en sus destinos le sigue la búsqueda del resto del núcleo familiar cercano que quedó en Venezuela: hijos, padres, parejas.

El académico precisó que el Gobierno colombiano, en medio de la rapidez con la que se han dado las migraciones, ha respondido satisfactoriamente.

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Sostuvo que la medida del Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos (Ramv) fue asertiva, pero indicó que la fecha no debió ser limitada.

“Es un hecho que hace poco no lo esperábamos, y que le cambió el perfil migratorio que tenía Colombia, que se definía como un país de emigración y ahora cambiamos a ser un país de inmigrantes”, dijo.

Neida Albornoz Arias, docente investigadora de la Universidad Católica del Táchira, explicó cómo el fenómeno migratorio venezolano está lleno de oportunidades para el desarrollo del país, tomando en cuenta las formas de regularización que tienen los venezolanos en Colombia.

El encuentro fronterizo cierra este viernes con una serie de ponencias que abordan el fenómeno desde distintas ópticas en la región, incluso, analizando cómo lo han vivido en otros departamentos fronterizos.