Varios días de protestas con consignas y quema de llantas llevan los habitantes de la población fronteriza de Boca de Grita, municipio García de Hevia de la zona norte del estado Táchira, tras la desaparición durante la madrugada del pasado jueves, de un comerciante de la zona.

Según la versión suministrada por familiares y allegados, Jorge Martínez, de 26 años de edad, se movilizaba junto a un parrillero en la moto de su propiedad, en su mochila llevaba varias libretas escolares, pues es comerciante y estaba preparando la mercancía para el próximo inicio de la temporada escolar venezolana.

Al pasar frente al puesto de control fronterizo, ubicado en la vía que comunica a las poblaciones de Orope y Boca de Grita, se encontró con un operativo de revisión desplegado por efectivos del Ejército venezolano, quienes le ordenaron detenerse y bajar de la moto. En el lugar había varias personas en la misma situación.

Testigos aseguraron que los uniformados, todos portando armas largas, amenazaron de muerte a las personas allí retenidas y ante esa situación, el joven, presa de los nervios, salió corriendo hacia unos matorrales cercanos. 

Esa fue la última vez que alguien lo vio.

En vista de que el joven no regresó a su casa, amigos y familiares salieron en su búsqueda e inicialmente acudieron a las instalaciones militares de la zona. “Le pregunté al teniente Betancourt y él dijo que el chamo había salido corriendo hacia el monte”, dijo uno de sus familiares, quien pidió no ser identificado por razones de seguridad. 

Buscaron entre los matorrales adyacentes y a unos 200 metros de dónde sucedieron los hechos encontraron el calzado y la pequeña biblia de bolsillo del comerciante, quien pertenece a la iglesia evangélica, sin embargo, no hay pistas sobre el paradero del joven.

Mientras las protestas continuaban ayer con enfrentamientos entre unidades antimotines y residentes del sector, Diana Peña, esposa del joven desaparecido, acudió a la sede de la Fiscalía Militar de La Fría a solicitar una investigación para dar con el paradero de su esposo.

Martínez, expolicía y comerciante, regresó hace unos tres meses desde Caracas, donde residió durante varios años, para tratar de abrirse paso mediante el comercio en su pueblo natal.