¿Volver a casa o quedarse entre la multitud? Esa es la decisión que deben tomar cientos de familias que se albergan en los 7 refugios adecuados temporalmente por el gobierno, para mitigar la crisis que atraviesan los colombianos que salieron de Venezuela.

Los nacionales (sobre todo los que fueron deportados) saben que volver a Venezuela es un riesgo, y que el presidente Nicolás Maduro ordenó mantener el cerco en el puente internacional Simón Bolívar. Sin embargo, muchos no quieren volver a sus lugares de origen, por lo contrario, quieren instalarse en la frontera.

Erika Jimena Gil, bogotana, no quiere irse, a pesar de que la alcaldía de Bogotá le hizo una oferta para que volviera a esa ciudad. Está acompañada por su esposo, su abuelo, un hermano y dos hijos.

Ayer, esperaba en una fila el almuerzo en el albergue del coliseo del colegio Municipal mientras ayudaba en las curaciones de su esposo, que fue golpeado y amarrado por las autoridades venezolanas. Insiste en que no se va.

“Mi esposo es de Soacha y yo de Bosa, llegamos hace cuatro años a vivir en San Antonio buscando refugio y vimos que en la frontera se podía trabajar, por eso decidimos quedarnos y construir nuestra casa”, señaló.

Gil trabajaba en un restaurante y su esposo pulía carros en Villa del Rosario.

Producto del esfuerzo construyeron una casa en material, en una de las invasiones que están siendo demolidas en San Antonio.

Según Jorge Rojas, secretario de Integración de Bogotá, la administración de Gustavo Petro quiere que sus ciudadanos retornen para que el peso de la crisis humanitaria no recaiga sobre Cúcuta.

Rojas dijo que Bogotá tiene la experiencia de recibir personas desplazadas: “cada día llegan a Bogotá 42 personas desplazadas de todo el país”.

En la capital de la República hay 580 mil desplazados y buena parte de esas personas están incluidas en las rutas de servicio de la secretaría de Integración.

Según Rojas, lo ideal es que los albergues sean muy transitorios para las personas que no son natales de la región. “Les ofrecemos atención desde la primera infancia hasta la adultez y la vejez a través de los programas de Gobierno, y si necesitamos más apoyo se lo pediremos al Gobierno Nacional”, aseguró.

El alcalde Donamaris Ramírez precisó que en el caso de los bogotanos, los que quieran volver, serán enviados con un subsidio de arriendo por 6 meses y con posibilidades de trabajo, más tiquetes.

“Espero que el Atlántico y que todos los departamentos y ciudades capitales se unan a esta campaña que ya empezamos para dignificar a los colombianos que no son de Cúcuta”, dijo Ramírez.

Para las personas que quieran retornar a sus ciudades por fuera de Cúcuta, que no sean de Bogotá, el Gobierno Nacional les ofrece 250 mil pesos, un subsidio de arriendo de tres meses y la posibilidad de trabajo en sus ciudades de origen.

Los colombianos que quieran donar electrodomésticos podrán comprarlos en Metro o Pepeganga. Ramírez quiere que otras grandes tiendas se unan a la propuesta de donar electrodomésticos.