Las inequidades sociales, económicas y políticas parecen ser los fenómenos recurrentes en las fronteras.

Así se concluyó tras una nueva jornada del IV Encuentro de Estudios Transfronterizos y Desarrollo de Capacidades Humanas, que se realiza en el Club Tennis.

Durante el evento, se hizo referencia a la desigualdad y exclusión de jóvenes en las zonas rurales, las desigualdades en materia de gobernabilidad y la necesidad de establecer políticas, normas y acuerdos claros para que las fronteras dejen de ser zonas de conflicto.

Harlan Koff, investigador de la Universidad de Luxemburgo, cuestionó las iniciativas de desarrollo local, especialmente las que intervienen con la economía de una región.

“Cuando cambiamos petróleo por aceite de palma, por ejemplo, no necesariamente estamos cambiando o protegiendo”, declaró. “Más bien, lo que se logra es desplazar poblaciones”.

De acuerdo con el docente, otro de los elementos comunes en las fronteras es la falta de recurso hídrico, o las afectaciones sobre el mismo.

“Hace parte de las tendencias en estas zonas, marcadas por las asimetrías laborales, y reducidas condiciones para trabajar, poca seguridad y justicia hídrica, e incoherencia en las políticas de desarrollo”, agregó.

Por tales motivos, y refiriéndose al caso de la frontera colombo-venezolana, hizo un llamado para que la ciudadanía conozca las decisiones que se toman y participe, incluso, a través de movilizaciones.

Posibles soluciones

Jemay Mosquera, profesor de la universidad de Pamplona, expresó que aunque se quisiera borrar los límites, lo esencial es que los gobernantes tengan en cuenta las propuestas de los investigadores, para que esta región llegue a ser zona fronteriza con autonomía.

“Tenemos varios frentes por trabajar”, dijo. “Una idea preliminar sería generar itinerarios que aprovechen la llegada de visitantes para ofrecer los paisajes y actividades de frontera, en Villa del Rosario , Táchira y hasta Mérida, para  generar turismo transfronterizo”.

Otra posibilidad sería establecer un sistema integrado de transporte para el corredor metropolitano de Cúcuta y San Cristóbal, con lo cual se incrementaría el empleo.

Para la producción agrícola, se proponen huertas en las que se transforme la materia prima para generar nuevos productos y nuevas ideas gastronómicas para Norte de Santander.