El sitio que empezó con unas ollas para repartir comida a los venezolanos que cruzan a diario la frontera, tras abandonar su país, se convirtió en el refugio alimentario para miles de ellos: La Casa Divina Providencia.

Desde el 19 de agosto de 2015, cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia por el Estado Táchira, han sido deportados más de 1.600 colombianos y más de 18.000 regresaron por miedo a las represalias del gobierno del vecino país.

El retorno de los compatriotas se dio en condiciones deplorables, atravesando el río Táchira con algunos enseres a cuestas y la ropa que traían puesta. A raíz de esta migración, Colombia, y especialmente Norte de Santander, atraviesa una crisis humanitaria.

La Diócesis de Cúcuta, a través de la Corporación de Servicio Pastoral (Cospas), planteó la estrategia de ofrecer ollas comunitarias, llamadas ‘ollas de caridad’, para la población afectada por la crisis fronteriza, por lo que caracterizó las parroquias de mayor recepción de esta poblaciónpara ofrecer desayunos, almuerzos y cenas. 

Esta fue una de las primeras acciones solidarias realizadas para dar respuesta a las necesidades de la población asentada en las comunas 6, 7 y 8 de Cúcuta, y para transeúntes de la frontera colombo-venezolana. Diariamente se estuvieron entregando en promedio 3.000 platos de sopa gracias al trabajo de la Iglesia católica, Pastoral Social, instituciones, personas y movimientos apostólicos que hicieron su aporte material y espiritual.

Hogar de paso

Ante la llegada masiva de venezolanos por el puente Simón Bolívar, por iniciativa de monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid se buscó un sitio para darles almuerzos a los menos favorecidos. Así nació la Casa de Paso Divina Providencia, creada el 5 de junio del año pasado, con el propósito de brindar una ayuda a las miles de familias, niños, mujeres embarazadas y migrantes que llegan diariamente a la ciudad en búsqueda de alimento, medicinas y productos de primera necesidad.

En un terreno ubicado en el sector de La Parada, en Villa del Rosario, junto a la parroquia san Pedro Apóstol, la Diócesis de Cúcuta ha atendido a los migrantes que cada día ingresan a este lugar. Allí, más de 790 mil personas han recibido un plato de comida caliente, café y agua. 

Este sitio es coordinado por el padre José David Caña Pérez y atendido por 800 voluntarios entre los que hay sacerdotes, diáconos, seminaristas, movimientos apostólicos, personas y familias de Venezuela, que  ayudan voluntariamente a preparar y servir los alimentos.

"Esta es una obra de fe, por eso necesitamos recoger fondos para continuar con esta gran labor el próximo año", dijo Caña, quien  recibió la semana pasada el premio a 'Los Mejores Líderes de Colombia' por el hogar de paso Divina Providencia, modelo humanitario de ayuda a los migrantes venezolanos. 

Además del auxilio en alimentos, la Diócesis de Cúcuta adecuó un espacio en la Casa de Paso para la atención médica y brigadas de salud, en el que se proporcionan medicinas a los hermanos venezolanos que se ven afectados por las difíciles condiciones de salud en su país.

Otro refugio 

En septiembre de este año se evidenció el aumento del flujo de migrantes en la frontera. Miles de personas se ven obligadas  a salir de su país a otros lugares en búsqueda de mejores condiciones de vida.

Por eso, la Diócesis de Cúcuta decidió, con la presencia de Monseñor Ochoa, inaugurar una nueva casa de paso, esta vez en Los Patios, para atender a los migrantes que cada día se desplazan a pie desde Cúcuta a otras ciudades y países por las vías nacionales.

“Brindaremos agua y algo de pan, bocadillo, para contribuir en el camino de los migrantes”, dijo el Monseñor al inaugurar este paso.

Casatón

Este jueves, la Diócesis de Cúcuta recaudará en el hogar de paso Divina Providenciay en la Curia Diocesana, por medio de la campaña 'Casatón', ayudas económicas para lograr la manutención de la casa para 2019. "La donación la pueden hacer en el hogar de paso de 8:00 a.m. a 12:00 m. o en la cuenta de ahorros Bancolombia N°08865722720", dijo el padre Cañas.

Así mismo, afirmó que se darán certificaciones a las empresas o personas que aporten económicamente, con el fin de que reciban alivios tributarios, en tanto que los más necesitados tendrán garantías de que la beneficencia no cesará.

El sábado se hará la fiesta de Navidad y fin de año, en la que se realizará “una llanerada”, que tiene como meta beneficiar a cinco mil migrantes. Luego harán un receso y regresarán el 10 de enero de 2019 con la entrega de alimentos.