Unos 15.000 venezolanos más desean regresar a Venezuela, desde Colombia, debido a la situación de la crisis sanitaria de la COVID-19, la cual los ha dejado sin empleos y sin hospedaje para mantenerse en el territorio.

Según las estimaciones hechas por Migración Colombia, en marzo salieron 30.000 venezolanos, en abril 16.000 personas, en mayo unas 23.000 y en lo corrido de junio van 4.600. Hoy, Venezuela está permitiendo el regreso de 1.200 migrantes a la semana (lunes, miércoles y viernes) a través de los puentes fronterizos en Norte de Santander y Arauca.

El director nacional de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, precisó que el país pasó de tener 1.825.000 migrantes venezolanos a 1.809.000, y de este universo un poco más de 74.000 han regresado a Venezuela en 945 buses.

“Esto porcentualmente es un número bastante bajo; sin embargo, constituye una cifra considerable. Tenemos conocimiento que un poco más de 15.000 venezolanos quieren y han manifestado su interés en regresar a su país”, dijo durante una rueda de prensa transmitida en vivo por redes sociales.

Espinosa explicó que estos números son relativos porque a medida que se abra la actividad económica se “genera una oportunidad de ingreso y se da una desaceleración de movimientos de la población migrante” hacia la frontera.  

El funcionario recomendó a la población migrante venezolana  que este no es el momento para que se dé una movilización  por el país. Enfatizó que hay gobernadores y alcaldes que han restringido el paso, por lo cual hizo un llamado a los ciudadanos extranjeros a no desplazarse a través de ningún medio de transporte, y mucho menos caminando porque los expone en su salud.

“De manera gradual haremos el proceso de facilitar la salida de transporte de las distintas ciudades del país, pero sin exceder una carga que está recibiendo Norte de Santander, Arauca y La Guajira”, indicó.

Mencionó que el retorno voluntario de venezolanos dependerá de la capacidad que tenga su país de recibirlos.

Sobre la posibilidad de habilitar los espacios del puente de Tienditas para darles refugio temporal a los migrantes que esperan en Villa del Rosario señala que están revisando todas las alternativas. “Una de las contempladas era generar unos mecanismos transitorios de protección a la población migrante, se viene trabajando y todavía no puedo confirmarlo”, precisó Espinosa.

Alertó sobre la detección de personas que están asumiendo conductas que podrían terminar en tráfico de migrantes, aprovechándose de la vulnerabilidad de esta población. “Desde el equipo de judicialización, desde la policía judicial que tenemos en Migración Colombia estamos haciendo las respectivas investigaciones y en coordinación con la Fiscalía General de la Nación y con la Policía Nacional procederemos con las respectivas capturas”.

Negó la posibilidad de habilitar un corredor humanitario aéreo para estos traslados a la frontera, pues tras varias evaluaciones lo consideraron inviable por los altos costos que este implica.

Además, manifestó que el aumento del apoyo de las organizaciones internacionales en la asistencia a la población migrante es necesario. “Aumentar el apoyo y también darle la mano a Colombia que ha hecho un esfuerzo enorme, así como los gobernadores que se han esforzado con recursos limitados”.

Larga espera para volver

Los migrantes venezolanos represados en el sector de La Parada, en el municipio de Villa del Rosario, continuaron ayer esperando su paso hacia el vecino país. El panorama es bastante preocupante en esta zona donde cientos de familias con niños y adultos mayores  aguardan en carpas improvisadas su turno para cruzar por el puente internacional Simón Bolívar.     

Las aglomeraciones siguen aumentando en este punto fronterizo luego de que el pasado fin de semana el gobierno de Venezuela limitara la entrada a 300 nacionales, solo los lunes, miércoles y viernes. Por Arauca reciben a 100 migrantes para un total de 1.200 personas a la semana.

A un lado de la larga fila se encontraba ayer Beatriz Chacín, venezolana oriunda del estado Zulia. La mujer vivía en Cúcuta, pero al quedar sin empleo por la pandemia, decidió tomar sus pertenencias y llegar hasta la frontera para volver a su país natal. “Solo marqué el puesto que me tocaba en la cola y me vine para este lado porque me da mucho miedo estar donde hay muchas personas. La mayoría no tiene tapabocas y no sé quién pueda estar contagiado”, contó temerosa la mujer acompañada por su hija y nieta.   

Yusleidi Perdomo, otra migrante venezolana, relató que salió de Bogotá con su mamá y tres hijos y tardó siete días en llegar a La Parada. Mencionó que el viaje no fue fácil porque tuvieron que pedir a los transportistas que las llevaran en camiones y a veces caminaban en las vías nacionales para acortar el camino. “Cuando llegamos nos encontramos que ya habían personas que tenían 14 días esperando para cruzar”, dijo Perdomo.   

Visita del Minsalud

Víctor Bautista, secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de Norte de Santander, mencionó que la gobernación ha estado dialogando con las autoridades nacionales para solicitarles un refuerzo en la zona de frontera y el resto del departamento. En ese sentido, les confirmaron para hoy la llegada del ministro de Salud y del gerente para la atención integral a la Migración de Venezuela.

Bautista expuso que los funcionarios revisarán la situación de la frontera, observarán especialmente  las condiciones del sector de La Parada, que son muy críticas por la permanencia masiva de venezolanos y de las personas que allí viven. También evaluarán el paso fronterizo con las más de 1.000 personas represadas y se reunirán con los gerentes de hospitales, el gerente del Instituto Departamental de Salud y autoridades sanitarias para revisar y mejorar el plan de contingencia por la COVID-19.

En una reunión con el alcalde de Villa del Rosario, Eugenio Rangel,  Bautista le planteó la necesidad de examinar unos esquemas en pro de la salud de las personas que viven en La Parada y de los migrantes.