Gran consternación ha generado en la colectividad tachirense la muerte del presbítero Jesús Manuel Rondón Molina, quien fue hallado sin vida por comisiones policiales luego de encontrarse desaparecido por varios días.
 
El padre Rondón, quien formaba parte del presbiterio de San Cristóbal y cumplía funciones sacerdotales en el convento de las Carmelitas Descalzas de la fronteriza población de Rubio, municipio Junín, fue visto por última vez el pasado 16 de enero.
 
Su muerte fue confirmada por el obispo del Táchira, monseñor Mario del Valle Moronta, a través de la cuenta social @DiócesisSCVE, en donde se publicó: “con dolor y tristeza debo comunicarles que fue encontrado sin vida el cuerpo de p. Manuel Rondón. Oremos por él”.
 
Al confirmarse el hallazgo, comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) se movilizaron hasta el sector El Campanario, en La Palmita. Fuentes ligadas al ámbito policial afirmaron a La Opinión que el caso movilizó tanto a los máximos jefes del cuerpo policial como a peritos y expertos forenses, por cuanto el cadáver se halló en una zona boscosa, en avanzado estado de descomposición. 

Las primeras hipótesis apuntan a un asesinato para despojarlo de su vehículo. El cuerpo sería llevado hasta la morgue del Cementerio Municipal de San Cristóbal, para practicarle la necropsia de ley.

El automóvil en el que se movilizaba el padre Rondón, continúa desaparecido.
 
El sacerdote tenía su lugar de residencia en el mismo Convento y oficiaba allí diariamente la misa de esta comunidad religiosa, por lo que luego de varios días sin conocer de su paradero, preocupación hizo presa en la comunidad católica y el obispo procedió a notificar a las autoridades, las cuales activaron sus dispositivos de búsqueda, que desencadenaron el hallazgo del cuerpo en horas de la tarde de este martes.