“Unos 30 mil puestos de trabajo están en riesgo en Venezuela por la escasez de papel periódico. Hay 30 mil empleos directos que podrían perderse por el cierre masivo de diarios en el país”.

Así lo expresó Marcos Ruiz, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, quien se movilizó hasta el estado Táchira como parte de una gira por varias entidades del país para hacer pública la alarma de los trabajadores de los medios impresos de comunicación, ante la escasez de papel prensa y los controles a los que son sometidas las empresas informativas para el suministro del mismo.

El miércoles, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), con sede en Miami, denunció al gobierno de Venezuela por utilizar dos instancias oficiales, como lo son Conatel y la Corporación Maneiro, para presionar a televisoras y diarios independientes de su país.

Tanto la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) como la estatal papelera Corporación Maneiro, son señaladas como los instrumentos más fuertes de coacción de parte del gobierno del presidente Nicolás Maduro contra los medios independientes.

La denuncia fue ratificada por el vocero del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa en Venezuela, quien desde la sede del Colegio nacional de Periodistas Táchira realizó un llamado urgente “a las distintas instancias instituciones del Estado, para que con urgencia le permitan a las empresas de medios de comunicación, poder importar de manera directa el papel periódico, como se hacía en el pasado”.

Sostiene Ruiz que este es el único mecanismo que garantiza, en primer lugar el derecho al trabajo, y que al mismo tiempo refrenda derechos fundamentales como la libertad de expresión y el derecho a acceder a la información de interés público.

“Son 30 mil puestos de trabajo los que están en riesgo debido a las omisiones del Complejo Editorial Alfredo Maneiro que no está proveyendo de papel prensa a los casi 100 rotativos que existen en Venezuela”, enfatizó al tiempo de agregar que a ello deben sumarse todas aquellas familias que también dependen de la actividad económica que se desprende de la impresión, distribución y comercialización de estos medios de comunicación.

Aseguró el representante sindical que incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha alertado que el manejo discrecional de las materias primas –en este caso el papel periódico- constituyen censura previa; censura que está expresamente prohibida en la Constitución venezolana.

Muerte lenta

Las aseveraciones de Ruíz encuentran sustento en la propia situación de los diarios locales del Táchira que parecen estar atravesando un proceso de muerte lenta y dolorosa agonía, ante la mirada impávida de trabajadores y lectores.

Durante el tercer trimestre del año pasado, el Diario Los Andes Táchira anunció su pase a semanario, debido precisamente a las dificultades para el acceso, no sólo al papel de prensa, sino también a los altos costos de insumos como tintas y planchas de impresión, indispensables para la publicación mediante el sistema de rotativas.

Posteriormente, en el mes de diciembre, el Diario La Nación, que ostenta los mayores niveles de circulación en la entidad, anunció una reducción de su superficie informativa, al concentrarse en un solo cuerpo de 12 páginas para ahorrar la escasa disponibilidad de papel, y con la esperanza de recibir un pronto suministro de este insumo por parte de la corporación Maneiro.

Más recientemente, el diario Católico, con cerca de 100 años de historia en la colectividad tachirense, ha anunciado también su pase a semanario y una significativa reducción de personal, alegando las consabidas dificultades para cubrir los costos de impresión y publicación debido a la escasez de papel periódico, tintas y otros insumos.