Son las 9 de la mañana y ante la mirada curiosa de los residentes, unas personas se acomodan contra la pared de una casa en La Parada. Para hacer amena la espera, deciden conversar entre ellos. Política, deportes y farándula son algunos de los temas del día. 

Serán dos horas que deberán esperar, pero dicen que “vale la pena”. 

Y es que la diócesis de Cúcuta abrió en La Parada la casa de paso Divina Providencia, para ayudar a los venezolanos. Según explicó el párroco de San Pedro Apóstol, Hugo Suárez Moreno, esta obra solidaria se logró  gracias a la “unión con los grupos apostólicos de la parroquia, movimientos de la diócesis y corazones generosos”.

Tienen pronosticado darles almuerzo a unas 100 personas venezolanas que sobreviven en La Parada, y a medida que la ayuda aumente, también aumentarán los beneficiarios.

La casa, ubicada junto a la parroquia  católica San Pedro Apóstol, en La Parada tiene una superficie de más de 1.500 metros cuadrados.

La idea es que con la ayuda de movimientos apostólicos, comunidades parroquiales, universidades y personas de buena voluntad, se puedan atender diariamente alrededor de unas 500 personas.

Se les brindará una ración de comida, además de acompañamiento espiritual y asesoría jurídica.

Astribul López, quien fue uno de los primeros en llegar a esperar, dice que la situación de Venezuela lo obligó a salir de su país en busca de un mejor vivir. Era operario de maquinaria pesada, pero no pudo seguir trabajando, no tuvo más empleo.

“Nosotros estamos acostumbrados a las filas... al menos acá no se pierden, no se maltrata a la gente. Los colombianos siempre nos han tratado muy bien”, señala.