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Sábado, 19 Agosto 2017 - 5:19am

¿Cuáles riesgos y conflictos afrontan los migrantes que provienen de Venezuela?

Estar asentados en la periferia y en complejas condiciones los expone a diversos factores de riesgo.

La Opinión
En los parques es posible encontrar, a cualquier hora, decenas de inmigrantes pobres, en espera de ayuda. Algunos utilizan estos espacios como vivienda.
/ Foto: La Opinión
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Cuáles son las condiciones de vida de los inmigrantes? Conózcalos en los hallazgos del estudio migratorio liderado por Ocha, Acnur, el Consejo Noruego para Refugiados y la Defensoría del Pueblo, entre otros actores.

En un ejercicio que determina parte de la situación humanitaria de algunas de las familias mixtas, retornadas, deportadas y netamente venezolanas ubicadas en asentamientos humanos de Cúcuta, varias organizaciones internacionales realizaron un trabajo de identificación de 382 familias (unas 1.910 personas) de las comunas 6 y 7.

Aunque ya hacen parte de la ciudad, estar asentadas en la periferia y en complejas condiciones de ingreso al territorio las expone a diversos factores de riesgo en materia de protección, seguridad alimentaria y nutrición, así como la posibilidad de recuperarse, tener empleo, vivienda digna y medios de vida.

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Entre los perfiles migratorios identificados se hallaron víctimas del conflicto que ni siquiera han declarado los hechos victimizantes, y una condición de pobreza constante. 

También se identificó que las familias, después de la crisis fronteriza, son víctimas del aumento de los conflictos intrafamiliares, debido a la crisis que genera el empezar nuevamente su vida y dejar todo en Venezuela, llegando a zonas en las que se enfrentan a situaciones inestables.

Además, la resolución de conflictos no es la mejor por algunas tendencias xenofóbicas y estigmatización de una parte de la población receptora. 

Las mujeres, las más vulnerables

Si bien la afectación es a nivel general, mujeres y niñas son las más expuestas e involucradas en situaciones de peligro.

Durante las entrevistas, se advirtieron afectaciones como: la separación parcial, o completa de núcleos familiares, aunque parte de las entrevistadas llegó a Colombia para mantener la unidad familiar, pues sus compañeros fueron objeto de deportación.

Además: Venezolanos no han reclamado la Tarjeta de Movilidad Fronteriza

Para el caso de las familias venezolanas, migraron con sus núcleos en busca de mejores oportunidades, mientras que las familias de nacionalidad mixta volvieron al país de origen de la pareja y en algunos casos fueron recibidos por familias extensas. 

Algunas mujeres migraron solas para laborar, ahorrar dinero y enviarlo a sus familias, pero esto exacerbó los factores de riesgo para la integridad femenina, y se detectó afectación de la salud mental por la aflicción y depresión que sienten con cambios tan drásticos de las condiciones de vida y la de sus familias. 

El cambio de roles es otra cara de la crisis, y afecta a hombres y mujeres por igual, aunque el cambio más drástico lo sufren las niñas que asumen el cuidado de personas mayores, en condición de discapacidad, y niños pequeños, además de las tareas del hogar, mientras las mujeres adultas tienen el rol de proveedoras y de protectoras, a la vez que desempeñan labores informales.

En el tema de violencia basada en género el escenario es más complejo, ya que el riesgo comienza desde que las mujeres deciden o son obligadas a migrar. 

La condición de irregularidad propicia la vulneración de derechos y las mujeres son blanco fácil de violencia sexual, psicológica, patrimonial y física, a las que se suma el desconocimiento de las rutas de regularización.

También: Los derechos vs. los deberes de los migrantes en Colombia

En general, se percibió a vecinos y familiares que ven a niñas y mujeres desprotegidas, cuyos roles generan confusión y abuso; mujeres expuestas a trabajos en horario nocturno sin condiciones de seguridad (trabajo en cantinas y billares); situaciones cotidianas de violencia intrafamiliar, conflictos comunitarios y algunas confrontaciones por xenofobia y discriminación.

Salud y nutrición, casi inexistentes

Para la totalidad de la población del estudio, la situación con el vecino país de Venezuela acarreó modificaciones en sus estilos de vida y hasta en la dieta, como consecuencia del limitado acceso a cantidad, diversidad  y calidad de alimentos, situación que acentúa el riesgo de desnutrición. 

Los factores que afectan la seguridad alimentaria comienzan en Venezuela, por los bajos ingresos y la pérdida total de los medios de vida que afectan la capacidad adquisitiva y hacen que las familias pidan alimentos regalados, o residuos de los restaurantes. 

Además, las familias realizan actividades que no generan un mayor ingreso y este lo gastan en arriendos o servicios. Los bajos ingresos provocan que los hogares acudan a estrategias de supervivencia, entre ellos la reducción del número y cantidad de porciones al día. 

De las personas entrevistadas, se conoció que su alimentación está basada principalmente en el consumo de cereales, tubérculos y plátanos, y no tienen acceso a proteína (carne, pollo, pescado) salvo por el huevo, debido a su bajo precio, y consumen verduras y frutas solo cuando algún negocio las regala. 

La alimentación en menores de 6 meses de edad es inadecuada, y cuando no es posible brindar la leche materna, se les da agua de panela o bebidas azucaradas artificiales. También hay casos de prolongación de la lactancia materna mayor a seis meses por falta de alimentación complementaria. 

Las mujeres gestantes y lactantes no tienen una alimentación adecuada ni suplementos vitamínicos necesarios, y los hogares no solo adquieren alimentos inadecuados nutricionalmente, sino que corren riesgo de padecer enfermedades trasmitidas por alimentos (ETA) por la ingestión de alimentos poco seguros e inocuos. 

La mayoría de las familias no tienen acceso a agua y el almacenamiento del líquido se hace en recipientes no aptos y sin tapa, incluso sin hervir por el incremento en los costos, y en general se conserva en sitios no apropiados, expuesta a excretas y basuras. 

Así mismo, faltan condiciones dignas para mantener una calidad de vida familiar y comunitaria, principalmente en las condiciones de la vivienda, ubicadas en zonas de riesgo de desastre de origen natural o zonas que requieren medidas de mitigación. 

Las viviendas presentan un déficit cuantitativo pues son extremamente precarias en su estructura (madera burda u otros materiales vegetales, zinc, cartón, latas o sin paredes, con pisos en tierra, sin acueducto, sin alcantarillado), y en todos los casos hay hacinamiento. 

Principales problemas 

Vacíos en el conocimiento de la ley 1565 de 2012 que fija incentivos de retorno de colombianos en el extranjero.

Dificultades para acceder a bienes y servicios de primera necesidad (salud, empleo). 

Explotación laboral e imposibilidad de acceder a servicios regulares de salud. 

Las dificultades que encuentran los padres colombianos (familias mixtas) para nacionalizar a sus hijos y las que enfrentan los venezolanos en situación de irregularidad afectan especialmente a los niños en el acceso a derechos. 

¿Dónde se establecen?

Barrios comuna 6: Caño Limón, Simón Bolívar, Alonsito y Paz y Progreso. 

Barrios comuna 7: Camilo Daza, Renacer, Cinco de Mayo, Nuevo Renacer, La Maya, El Oasis, Crispín Duran parte alta y baja, La Conquista, Guadalupe, Videl Tejar, Villa Paz, Juan Bautista, José Bernal, La Hermita, Buenos Aires, Ospina Pérez, Motilones.

Datos

En las comunidades evaluadas hay personas mayores de 29 años que no han terminado estudios de primaria o secundaria.

El 90% de las viviendas carecen de condiciones de seguridad, comodidad, y un mínimo de servicios públicos. 

En las viviendas ocupadas por los migrantes se hallaron hogares secundarios que habitan en la misma vivienda con presencia de más de 10 personas en 1 o 2 habitaciones. 

Las viviendas, en un 90% tienen cocinas precarias y sin nevera para la refrigeración. 

Las familias consumen solo dos raciones al día, con porciones menores. 

Las áreas promedio por ocupación familiar están entre los 12 y 20 metros cuadrados, sin claras distinciones entre las zonas de la cocina y dormitorios. 

Usualmente las familias utilizan telas y tablas como medio de separación de espacios. Las condiciones de hacinamiento son evidentes y no hay separación de niños y adultos. 

Los valores de los cánones de arrendamiento oscilan entre los $80.000 y $150.000 en las viviendas de material improvisado. 

Las organizaciones internacionales urgen la implementación de jornadas de prevención sanitaria, salud pública, y salud mental para iniciar procesos que alivien la dificultad de afrontar los impactos emocionales de la migración.

La Opinión

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