Marlon Noriega abandona el Centro de atención al migrante después de pasar una noche allí, y seguir con sus maletas rumbo a Medellín, a encontrarse con una hermana.

Dice que el cambio es notorio frente a la rudeza que a diario vivía en Venezuela, y que desde su ingreso a Colombia hasta la llegada a este lugar de atención ubicado en La Parada (Villa del Rosario) se siente más tranquilo y seguro, a pesar de haber aguantado 15 horas de viaje desde Caracas y 7 horas más haciendo fila para sellar su pasaporte.

Él es uno de los 26 beneficiados del Centro que, desde el 3 de febrero y hasta el sábado 17 de enero, sumó 231 personas registradas en tránsito a otras zonas del país.

Este fin de semana, cumplidos los primeros 15 días de atención a los inmigrantes, se evaluaron algunas de las actividades realizadas en este proyecto piloto que coordina la Cruz Roja y es el primero que logra atender a los venezolanos en condiciones dignas y ordenadas.

Según Noriega, la conclusión que deja haber estado en este sitio es que pese a los controles de ingreso y a las normas que deben cumplir, la atención prioriza aspectos humanitarios y no cierra la puerta a sus compatriotas.

Pero aunque la capacidad del Centro es de 240 personas, desde que se inició su operación la máxima cantidad de personal en sus instalaciones solo se tuvo el primer día, con 37 inmigrantes, y el promedio oscila entre 25 a 30 personas pasando la noche, o un rato en el día antes de sus viajes.

Por ello, las entidades que cooperan en el Centro, como Icbf, Cruz Roja Internacional, OIM, entre otros, analizan los perfiles migratorios, es decir, las condiciones en las que ingresan los venezolanos al país, para garantizar sus derechos.

Desde la Cruz Roja se explicó que en el Centro se brindan servicios de alojamiento, seguridad alimentaria, salud pública y salud mental, contacto familiar y apoyo interinstitucional, especialmente para familias con niños entre 6 a 10 años, mujeres embarazadas y personas con discapacidad.