1.440 millones de dólares se necesitan para atención a migrantes
Los países de acogida de migrantes y refugiados venezolanos en América Latina y el Caribe necesitarán 1.440 millones de dólares para atender a esta población en el 2021, según el Plan de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP) lanzado por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) junto a más de 150 agencias y oenegés.
Con estos recursos se busca asistir a más de 3,3 millones de venezolanos que han salido de su país y ahora viven en 17 naciones de la región en condiciones de vulnerabilidad.
Estas proyecciones en Colombia indican que el país requiere 641 millones de dólares para atender a la población venezolana que vive en el país, que continua siendo el que acoge al mayor porcentaje de migrantes y refugiados venezolanos con más de 1.7 millones para corte de septiembre de este año.
Adicionalmente Colombia ha acogido a casi 845.000 colombianos repatriados y con doble nacionalidad.
Sin embargo, la regularización de la población venezolana es uno de los desafíos más duros y a pesar de los esfuerzos hechos por el Gobierno colombiano en el país el 56% está en condición irregular.
Dentro del plan las prioridades de respuesta en Colombia está la necesidad de proporcionar y mejorar el acceso seguro de bienes y servicios esenciales, así como mejorar la prevención y mitigación de los riesgos de protección en sus entornos, aumentar la resiliencia y las oportunidades de integración, así como la posibilidad del acceso a servicios básicos.
“En la respuesta se da prioridad a las intervenciones para atender las necesidades humanitarias y eliminar obstáculos para la integración”, indica el documento del plan. Así como también precisa que se dará priorización a las zonas de fronterizas.
El documento precisa que en Colombia la respuesta se centrará en brindar acceso a los servicios, la atención médica y educación. Así como intensificar actividades para mitigar la violencia de género, la trata de personas y el tráfico ilícito y la protección de la niñez.
“Además, la respuesta tiene por objeto fortalecer la integración socioeconómica y la cohesión social mediante procesos inclusivos mejorando los niveles de vida y la resiliencia de las poblaciones afectadas, teniendo en cuenta los enfoques de edad, género y diversidad”, dijo.
Más de 6,2 millones de venezolanos se encuentran en situación de vulnerabilidad dentro de Venezuela y fuera de su país. La pandemia los ha vuelto aún más vulnerables, indican los representantes del plan.
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Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, indicó que la crisis generada por la COVID-19 constituye una amenaza adicional para estas poblaciones.
“Se dice a menudo que el coronavirus no discrimina, pero la realidad es que la pandemia si discrimina. Las poblaciones de escasos recursos y minorías étnicas han sido afectadas de manera desproporcionada. A nivel mundial, América Latina y el Caribe con menos del 10% de la población del planeta, representa un tercio de todas las muertes relacionadas con COVID-19”, precisó.
Antonio Vitorino, director general de la OIM, enfatizó que es necesario reunir mayores esfuerzos para lograr una integración social y económica de los migrantes venezolanos en los países de acogida.
El fenómeno de los caminantes venezolanos ha aumentado./ Archivo
Los retos
La regularización para lograr un efectivo acceso a los servicios básicos y a la vinculación laboral son algunos de los grandes retos planteados para estas poblaciones en la región.
Eduardo Stein, representante especial conjunto de Acnur y OIM para los Refugiados y Migrantes de Venezuela, precisó: “Las restricciones de movilidad y las prolongadas pero necesarias medidas de confinamiento han tenido un impacto negativo en la capacidad de las personas refugiadas y migrantes para mantener sus medios de vida y el acceso a bienes y servicios básicos. Muchas personas han perdido sus medios de vida y al mismo tiempo no están incluidas sistemáticamente en los planes de asistencia social que se han establecido para las poblaciones locales”.
Además, indicó que la aparición del coronavirus también ha puesto a pruebas las capacidades de los países de acogida. Los confinamientos, la pérdida de medios de vida y el empobrecimiento están obligando a muchas personas a depender cada vez más de la asistencia humanitaria de emergencia para sus necesidades de salud, alojamiento, alimentación, protección y educación.
Felipe Muñoz, jefe de la Unidad Internacional de Migración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), precisó que el tema migratorio de los venezolanos seguirá y es un fenómeno a largo plazo y que es un proceso que no se va reversar.
Precisó que están trabajando en el tema de conocimiento y estudios que demuestren cómo los migrantes aportan de manera positiva a las regiones a las que llegan, así como en la continua búsqueda de recursos con aliados para seguir apoyando y aportando en el tema migratorio en la región.
Trabajo de inclusión
La terrible situación ha llevado a algunas personas a considerar regresar a Venezuela, a menudo en condiciones inseguras, lo que genera riesgos adicionales de protección y salud. Al mismo tiempo, la cantidad de personas venezolanas que continúan saliendo de su país también ha aumentado en las últimas semanas a medida que se relajan las medidas de confinamiento y las condiciones continúan deteriorándose.
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Mientras las fronteras permanecen cerradas, estos movimientos tienen lugar principalmente a través de cruces fronterizos irregulares, lo que expone a las personas refugiadas y migrantes a peligros y grandes riesgos de abuso físico y sexual, discriminación, así como a explotación y trata.
A pesar de los desafíos, ha habido ejemplos alentadores en toda la región de países de acogida que trabajan para garantizar la inclusión de las personas refugiadas y migrantes en las respuestas nacionales a la pandemia, al igual que a sus ciudadanos, aseguran las agencias de la ONU
Las personas refugiadas y migrantes también están apoyando estas respuestas, y algunas se desempeñan en primera línea como trabajadores de la salud o difunden información dentro de sus comunidades.
“El plan de respuesta presentado requiere del compromiso continuo y creciente de la comunidad internacional y del sector privado para responder a esta crisis. Las personas refugiadas y migrantes de Venezuela y sus comunidades de acogida requieren más que nunca de nuestro apoyo colectivo; tanto por la urgente asistencia humanitaria para salvar vidas, como también para acompañar el desarrollo que permita apoyar a las comunidades locales y lograr soluciones sostenibles”, agregó Stein.
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